En riesgo hasta dentro del salón

AutorKatia Diéguez

La Universidad de Guadalajara (UdeG) no es ajena al fenómeno del acoso sexual.

Según información en poder de MURAL, entre 2016 y agosto pasado se contabilizaron en total 93 quejas por acoso y hostigamiento sexual en preparatorias, de las cuales se ubicaron 56 agresores y 40 de ellos fueron profesores.

Esto significa que en 7 de cada 10 casos -invitaciones para salir en horarios fuera de clase, preguntas sobre su vida personal, tocamientos inapropiados y hasta penetración- estuvo involucrado un docente.

Le siguen alumnos, que participaron en 8 agresiones; administrativos, 3; personal de confianza, 2, e individuos ajenos a la UdeG, 2. Todas las denuncias fueron contra hombres.

Uno de los casos más graves fue el de una alumna de 17 años de la Preparatoria 8 que levantó una queja contra un profesor de 55 años, donde la víctima acusó que sí hubo penetración.

El caso se reportó el 5 de octubre de 2017, pero no hubo sanción ya que la alumna desistió.

La situación es grave, señaló Guadalupe Ramos, integrante del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem), al tratarse de menores de edad.

"Significa que las niñas en la Universidad de Guadalajara, en lugar de sentirse en un espacio seguro, encuentran un espacio que las violenta y que las autoridades no tienen mecanismos de protección", dijo.

Desistir de la denuncia tampoco es inusual entre las víctimas, agregó, debido a la falta de seguridad tras evidenciar a una autoridad, en este caso un profesor.

"No existen mecanismos claros que les permitan llevar a cabo la denuncia y además sentirse protegidas durante todo el proceso, y tampoco hay una instancia de denuncia segura (...), ¿eso qué garantías les da?", apuntó Ramos.

De las quejas, el lugar donde más agresiones ocurrieron son las aulas, en el 49 por ciento de los casos; seguido de los pasillos, fuera de las instalaciones y las bibliotecas.

La especialista comentó que muchas de las mujeres víctimas no saben identificar el acoso ni toman en cuenta que la práctica es un delito que se castiga hasta con cuatro años de prisión.

"Hace falta mucha sensibilización al interior de la universidad de qué es el acoso, cuáles son las conductas delictuosas y hablar de quien las comete como delincuentes", indicó.

Este año, la UdeG ha separado de su cargo a dos profesores, tras ser denunciados ante las autoridades; el caso más reciente fue el jueves pasado, con un catedrático del CUCiénega.

En la mira

De las 93 quejas...

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