Rincón de frescura

AutorStephanie Quiles

SAN QUINTÍN, BC.- Cuando se habla de Baja California se sabe que sus productos del mar son de gran calidad; y San Quintín es uno de los puntos clave, pues es donde se concentran las ostrícolas, pero además se puede hacer pesca deportiva y turística. Para ejemplo, un par de proyectos que harán que tu visita sea inolvidable, la primera es para salir a pescar y la segunda es para disfrutar de esa pesca.

Viaje de experiencias

Son las seis de la mañana y el área del Molino Viejo, en San Quintín, está nublada. Hay una lancha en el muelle lista para emprender el primer día de pesca de algunos pasajeros.

Las cañas, carnadas, una cubeta para las presas y un capitán es todo lo que se necesita a bordo de la lancha Tilachí para salir a mar abierto en búsqueda de pescado blanco, jurel, curvina o rockot; Jorge Higuera sabe cómo hacerlo y le tiene especial cariño a Tilachí.

Él nació ahí, en San Quintín, y a los 12 años se fue a vivir a Los Cabos. Su primera vez en la pesca fue cuando tenía 15, un tío le enseñó la técnica.

"Esa vez sacamos un pez vela de 40 libras; ahorita el tiburón está vedado, pero también un compañero y yo pescamos una ocasión uno de 350 kilos, muy bonito, medía unos dos metros a dos metros y medio. Esas son cosas que nunca se olvidan", dice Jorge, quien tiene 27 años en la pesca deportiva y en esta excursión es el capitán.

El trayecto a mar abierto hace que la velocidad de Tilachí rompa con el viento y se sienta un clima muy frío; pero al llegar a un sitio donde se busca alguna mancha de peces sale el Sol, y entonces se hace intenso el calor.

Este pescador experto lanza la caña con doble anzuelo mientras relata con una sonrisa las veces que le ha tocado ver orcas cerca de su embarcación. Dice que sí se siente "algo adentro" cuando juguetean y rozan el bote.

"Regresé a San Quintín cuando tenía 20 años, he pasado vientos, lluvias, tormentas y las orcas nos han agarrado cuando vamos por rockot hacia abajo, pero nunca ha sucedido nada malo. Delfines, también se ven delfines por aquí", dice emocionado.

Un pescado mero de 52.5 kilos sacó de estas aguas en 2007, se lo llevaron a un torneo a Mexicali, pero no sabe si ganó. Desde entonces no ha "agarrado" a un animal tan grande.

Tira de la caña y salen dos cabrillas, una en cada anzuelo. Rápidamente las pone en el balde, con habilidad inserta carnada y vuelve a lanzar los anzuelos.

Jorge no paga por pescado, lo que saca del mar es lo que alimenta en casa y que de a poco va juntando para alguna...

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