Roberto Newell / Maldición de la heterogeneidad

AutorRoberto Newell

La mexicanidad no existe más que como una idea abstracta y engañosa. La heterogeneidad de las personas que se autodefinen mexicanos es tan grande, que en vez de que esa identidad sirva para describir a una población homogénea que comparte atributos culturales, lingüísticos, económicos y sociales, como sucede en el caso de muchos países europeos, la nuestra es una identidad relativamente novel y abstracta, cuya fuerza aglomeradora deriva de la adhesión voluntaria de los ciudadanos a los principios que aparecen en la Constitución. Esto significa que la legitimidad del Gobierno nacional está atada al valor que aporte la Federación a los habitantes de las diversas regiones que componen el País.

Los retos que derivan de gobernar regiones tan diversas los comprendía perfectamente la mayoría de los Presidentes que gobernaron a México durante el siglo 20. Para controlar las fuerzas centrífugas que derivaban de esa heterogeneidad, los gobiernos del PRI crearon una mitología nacional que sirvió para gobernar a los muchos Méxicos que coexisten en el territorio nacional. Estos mitos buscaban crear una identidad que sirviera para aglomerar a las personas que viven en él. Para cumplir ese propósito, establecieron varios símbolos nacionales que no representaban quienes somos, sino quienes deberíamos de ser. Entre las ideas que favorecieron estaba el concepto de la "raza de bronce" (que tomaron prestado de Vasconcelos), la noción de que los mestizos eran los mexicanos más legítimos, puesto que amalgamaban los mejores atributos de las diversas etnias y corrientes culturales presentes en el País.

Exaltar el mestizaje cultural y étnico (ocasionalmente exagerando las virtudes o defectos de varias de las subculturas presentes en México) fue una idea genial que sirvió para desactivar conflictos sociales, étnicos y culturales que de otra manera indudablemente se habrían manifestado. Fue así que gradualmente se fue estableciendo la identidad nacional actual. Sin ese mito genial, México no habría llegado entero al presente.

Tomó varias décadas consolidar el arquetipo del mexicano actual. Varias fuerzas contribuyeron a ese propósito. Una de las que más aportó fue la migración del campo a las ciudades. Esta operó a favor del nuevo ideal sin que nadie tuviera que meter mano en el proceso. Pero en otros casos, el Estado mexicano operó deliberadamente. Uno de sus instrumentos más eficaces fue el sistema de educación pública, el cual funcionó como portador y forjador de...

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