Roberto Zamarripa / Necropsia

AutorRoberto Zamarripa

Donde hay algarabía debía haber vergüenza. Donde hay jolgorio debería haber enojo. Las detenciones de ex Gobernadores (Tomás Yarrington y Javier Duarte) son festejadas en círculos políticos como si fueran el triunfo en el campeonato mundial de la honestidad.

Dichas detenciones son la excepción y no la regla. La de Yarrington fue tomada a contrapié, con la mano pesada del Gobierno de Washington puesta primero que la mexicana. La segunda, la de Duarte, sí parece ser producto de una tenaz persecución de los funcionarios de inteligencia y policiales mexicanos que seguían las huellas del veracruzano.

Ésa es la función de la policía: atrapar a delincuentes. Es una obligación, una responsabilidad. Duarte se había escabullido gracias a la protección de compinches políticos y de empresarios igualmente corruptos.

Al desglosarse las averiguaciones previas de estos casos lo que se encuentra no es necesariamente una descripción de hechos delictivos sino una necropsia del sistema infectado.

Yarrington era un eje de la corrupción en medio de un sistema cooptado por el crimen. La gubernatura, como las alcaldías, las dependencias gubernamentales en su conjunto se alquilaban y operaban para reproducir la extorsión económica y política. Puede ser que a Yarrington los indagadores policiacos le atribuyan poderes más grandes que los que tenía o ejercía. Como monigote del crimen, el Gobernador tamaulipeco amasó fortunas y en la excrecencia derivada del acumulamiento desordenado y exagerado de dinero y bienes, no era más que el factor central del desgobierno; la permisividad para criminales, derivada de la desatención de las tareas de gobierno, del desfalco, de la ruptura del orden público, del gobernante elegido al criminal protegido.

Las averiguaciones previas son necropsias que detallan el funcionamiento de un sistema y su autocorrosión. El hilo, el lubricante, el emblema, es la corrupción. Pero no como un elemento de enriquecimiento ilícito personal o de facción. No. Es el elemento disgregador del sistema democrático. La corrupción excluye y frena desarrollo de entidades. Inhibe inversión privada cuando favorece a los protegidos del Gobernador y consiente las extorsiones de los criminales.

La corrupción acelera la...

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