Rosaura Barahona / Charrou chou

AutorRosaura Barahona

El sábado 11 vi en el DF la entrevista que Javier Alatorre hizo a Santiago Creel en algo que una amiga llamó un "charro chou". Triste entrevista y lastimosas perspectivas.

Alatorre fue un mal entrevistador. No se alejó del lugar común y se limitó a aderezarlo con un estudiado desparpajo: "Oye, Santiago, ¿y por qué no deseas hablar de tu esposa? ¿De joven fuiste muy noviero?".

No me gusta que los entrevistadores tuteen a los candidatos, ministros o políticos. Aunque el entrevistador o la entrevistadora conozca muy de cerca a quien entrevista, los espectadores no participamos de esa cercanía.

Tal vez sea una cuestión personal o generacional, pero por eso, entre otras cosas, Alatorre me pareció chabacano y fuera de lugar al hablar a Creel como si fuera su cuate, cuando no lo es.

La artificial informalidad fue de ambas partes. Creel y Alatorre se pusieron de acuerdo para vestirse de vaqueros (camisa de cuadros, botas y jeans), quizás porque a Fox le dio tan buen resultado.

Quien fuera un ineficiente Secretario de Gobernación estaba en plan de "Yo, buena onda, sencillo y cabal, hombre de palabra, pido que me den la oportunidad de ser Presidente porque sé lo que debo hacer " Pero pocos mexicanos le creemos. Y la razón del escepticismo es obvia: Si sabe lo que se debe hacer, ¿por qué no contribuyó a hacerlo mientras tuvo un puesto clave en el Gabinete?

No vi el debate de los precandidatos panistas, estaba fuera del País, pero he leído al respecto. Incluso el propio Creel acepta su derrota y se reconoce como único responsable de ella. Punto a su favor en este México nuestro en donde el culpable siempre es el otro.

Ya puede Santiago Creel seguirse azulando para evitar cualquier duda sobre su panismo: camisa azul, letras azules, fondo azul y ojos azules: azul pintado de azul, como en la vieja canción italiana. Pero los colores ya no importan porque todos los partidos han resultado ser similares. Es decir, pueden vestirlo de verde, amarillo, azul o blanco; da lo mismo. Ya no cuenta el color de la envoltura, sino la calidad de la melcocha.

Creel se negó a responder por qué está separado de su esposa. Dijo: "Yo soy hombre de palabra y prometí a mis hijos que el tema de la familia se quedaría en familia". Pero mostró a sus hijos y explicó qué hacen y quiénes son, como parte de su propaganda política. Es decir, no es tanto dejar el tema de la familia en la familia, sino impedir que la parte oscura salga a la luz pública.

No me parece mal su deseo de...

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