Un Salto A La Aventura en Bungee Jump

AutorFrancisco Garcia

Primera Fila/enviado

PUERTO VALLARTA.- Situado en una base sobre un acantilado, a 40 metros sobre el mar, el bungee jump de Puerto Vallarta tiene más de ocho años de dar emoción y adrenalina a los turistas que visitan ese destino turístico.

El fenómeno consiste en lanzarse al vacío amarrado de una liga de látex forrada de nylon, con la particularidad de que en el lugar se hace acompañado de una impresionante vista al mar.

Hay diferentes formas de saltar: de tobillos, parado, de cabeza, amarrado de cuerpo entero, entre otras, por lo que la sensación de caída varía con la posición.

"Uno de los atractivos del salto es la de sentir que estás haciendo algo fuera de lo común", menciona Federico Reinking, propietario del bungee jump.

El peso mínimo que permiten en el lugar para saltar es de 40 a 43 kilogramos, y la edad máxima depende de la condición física del "aventado".

"La persona de más edad que ha brincado es un canadiense de 87 años que vive aquí", señaló Reinking.

El capitalino señala que es muy importante transmitirle a la gente la sensación de que es un lugar seguro, por las instalaciones y el equipo, y demostrar que no están jugando, que son profesionales y tienen experiencia.

"Esos aspectos han hecho que la gente se anime a saltar", dice, "aunque sea ligera la idea, si sientes que te vas a matar, no saltas".

Todo el equipo que sujeta a las personas es doble, tanto las ligas como los broches de seguridad ya que se trata de minimizar el riesgo que a pesar del cuidado que se tiene, siempre existe.

"Es un riesgo controlado, yo de cualquier forma los hago firmar una forma en la que ellos se hacen responsables del salto, es parte de que entiendan de que uno no tiene el control total", menciona el empresario de 43 años de edad. "Hasta la fecha no hemos tenido ninguna fatalidad".

La idea de dedicarse al negocio le vino a su propietario cuando, en una ocasión, su espíritu de aventura le hizo probar la experiencia en Texas, en 1989.

Cuando Federico le platicaba a sus amigos lo que quería hacer, no creyeron en que sería un negocio rentable y hasta lo desanimaron.

"Fue un riesgo que tomé, vendí mi casa", dijo, "son decisiones en la vida que tienes que tomar sin saber con precisión cómo van a funcionar, es cuestión de creer en algo".

Cuenta el capitalino que siempre le gustaron las emociones fuertes como la velocidad, los ríos de aguas rápidas, el paracaidismo, entre otras, por lo que continuó fiel a su idea.

La búsqueda del lugar indicado y a su...

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