San Cadilla / La Dominguera

Vuelve Diego a México

La novedad a media semana fue que otro campeón del mundo llegó a México para dirigir un equipo del Ascenso, para esta ocasión es ni más ni menos que Diego Armando Maradona.

El "Pelusa" será a partir del lunes el técnico de los Dorados de Sinaloa y tendrá su primera experiencia como entrenador en el futbol mexicano.

Pero aunque será su debut en un banquillo del País, la relación de "El Diez" con México ha sido estrecha, tiene tintes futbolísticos e historias particulares fuera de la cancha que son parte de este personaje del futbol mundial.

Como jugador, Diego Armando vio su cúspide en el Mundial de México 86. Le dio a Argentina su segunda Copa del Mundo, anotó uno de los goles más bonitos en una justa mundialista - y si me apuran de la historia del futbol - aquel contra Inglaterra en los Cuartos de Final y también cometió una de las trampas más recordadas, la famosa "Mano de Dios", cuando desvió el balón con la mano izquierda ante la salida del portero inglés, Peter Shilton.

"Fue una pelota que yo no llegaba con la cabeza realmente, porque Shilton mide 1.85 y yo mido 1.66. Yo con la cabeza no llegaba entonces tuve que hacer un esfuerzo meterle el puño izquierdo para ver si pasaba", confesó en 2005 en su show de televisión "La noche del 10".

Pero también Maradona dejó por suelo mexicano historias extra cancha de las que haré un recuento.

NO PAGÓ Y NI ADIÓS DIJO

Tras el Mundial del 86, el astro argentino fue invitado por Luis Miguel a uno de sus conciertos en Pachuca. El "Sol de México" junto al Diego, imagínense eso.

Maradona y su entonces representante, Guillermo Coppola, se trasladaron desde la Ciudad de México rumbo a la Bella Airosa.

"Siempre llegábamos tarde", recordó Coppola, por lo que tuvieron que sentarse hasta la cuarta fila y no en la primera como deseaba el campeón mundial.

"Vámonos", dijo enojado el "Pelusa" ante tal situación, quizá la cuarta hilera no era digna de su presencia.

El representante calmó los ánimos y convenció al ex jugador de que se quedarán a disfrutar la velada, y vaya que lo hicieron pues al calor de la música de Luis Miguel, pidieron y pidieron botellas de champagne.

13 botellas se tomaron y la cuenta ascendió hasta los 6 mil dólares de cristal rosado ¿Qué tal? Nada perdidos.

"Terminó el show y nos habíamos tomado 12 ó 13 botellas, pero con la gente, nosotros solos era imposible. Pero eran botellas de cristal rosado y tenía que pagar Luis Miguel, no íbamos a pagar nosotros. Entonces...

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