San Cadilla / La Dominguera

"Por ahí hacia movimientos que iban en contra de la ley de gravedad, decías 'cómo carajos hace así'".

Carlos Aimar sobre Tomás Felipe Carlovich

Esta noche juega 'El Trinche'

En el futbol argentino el debate más encarnizado es saber quién es mejor: Diego Armando Maradona o Lionel Messi.

Sin embargo, las charlas de los aficionados más veteranos tienen un referente: Tomás Felipe Carlovich (1949-2020) apodado "El Trinche", de quien afirman no hay comparación... y eso que no suma más de 5 juegos en Primera División y desairó a la Selección Argentina.

Fallecido apenas el viernes pasado a causa de un derrame cerebral, luego de sufrir un ataque al robarle su bicicleta, la leyenda de Carlovich tomó un segundo aire a partir del documental realizado por Michael Robinson (QEPD) en su programa El Informe Robinson titulado: "El Trinche fue el más grande".

¿Dónde radica la grandeza un futbolista que sumó escasos minutos en Primera División y pasó el resto de su trayectoria en la división de ascenso?

Sin videos, la leyenda de "El Trinche" pasa de voz en voz para agigantarse.

Es tal cual, como si se hablara de un fantasma, y hay que creer que existió, que fue real por lo que dicen algunas voces autorizadas como César Luis Menotti, Jorge Valdano, José Pekerman, Quique Wolff, y sus compañeros en Rosario Central como Carlos Aimar y Aldo Poy.

El "Trinche" fue lo que se conoce un auténtico futbolista de barrio, de la calle, de potrero, como se le dice al llano en Argentina. Ahí en ese espacio, fue feliz, y Carlovich eternizaba su infancia sin la presión de un entrenador que le exigiera realizar labores de sacrificio.

ENTRE REDONDO Y ROMÁN

En 1969, a los 20 años de edad, Carlovich debutó con el primer equipo de Rosario Central, uno de los clubes de mayor tradición de Argentina, cuna de jugadores como Menotti, Mario Kempes, Osvaldo Ardiles, entre otros.

Pero "El Trinche" no estaba hecho para someterse a los intensos entrenamientos que le pedían sus entrenadores, primero Miguel Ignomiriello, y después Carlos Timoteo Griguol, quienes hablaban que no era posible tener un jugador que no estuviera dispuesto a obedecer.

"A veces no venía al entrenamiento o porque se quedó dormido o porque se fue a pescar", dice Aimar.

Al irse del equipo, Carlovich no se acongojó y buscó refugio en el sitio donde él sabía que sería libre en la cancha y comenzó a deambular por los equipos de la B durante toda la década de los 70 hasta 1986 con clubes como Central Córdoba e Independiente...

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