San Cadilla / La Dominguera

El odiado Schumacher

Quizá te llegó a caer mal, quizá hasta lo odiaste... pero eso era la norma para quien se hacía llamar "Toni" (Düren, 6 de marzo de 1954), apodo que tomó de Toni Turek, legendario guardameta de la selección germana de la postguerra.

A este portero alemán de los 80 lo odiaban en Francia y hasta en Alemania, pero en todo el mundo era respetado. Con ustedes: El odiado Schumacher.

MALDITOS PENALES

Schumacher detuvo con la pierna izquierda el disparo de Fernando Quirarte y luego se quedó con el disparo de Raúl Servín. Lo que no sabían los mexicanos es que estaban enfrentando al mejor atajador de penales del mundo de ese entonces.

De hecho, hasta el momento es el segundo arquero que más penales ha detenido en toda la historia de la Bundesliga. No era -literalmente- de gratis: se quedaba con sus compañeros del Colonia hasta después del entrenamiento a hacer apuestas desde los 11 metros.

Bueno, hasta en los partidos de la selección le metía su dinerito de por medio: 500 marcos contra Karl-Heinz Rummenigge y 200 contra Paul Breitner a que no le anotaban en caso de haber una pena máxima; saltaban al campo con el dinero metido en las espinilleras.

No, el Tricolor no enfrentó una maldición en el 86... sino al mejor del mundo para los penales.

DE HERRERO A ÍDOLO

Schumacher llegó al Colonia en 1972 y de inmediato se convirtió en un ídolo. La historia de un joven que combinaba su trabajo de herrero con el futbol.

Con él en el marco, su club ganó 3 veces la Copa de Alemania, en 1977, 1978 y 1983; además de ser campeones de Liga en 1978 y subcampeones en 1973 y 1982.

Como seleccionado debutó en 1979, en el triunfo de la entonces Alemania Federal, ante Islandia, sustituyendo en el arco a otro histórico, Sepp Maier. Sería la primera de 76 apariciones con su selección mayor siendo nombrado dos veces Jugador del Año en la Bundesliga.

En 1980 estuvieron a punto de secuestrarle a sus hijos pequeños, pero la profesora del colegio, de manera providencial, lo impidió.

Schumacher siempre era el número uno para entrenar, y era su modelo de vida en el futbol: "El secreto del éxito está cuando estás muerto de cansancio. Estás KO, pero dices OK", afirmaba.

Nunca se guardó nada ni dentro ni fuera de la cancha, y eso constantemente le trajo problemas. Su racha de 213 juegos consecutivos en la Bundesliga se vio interrumpida por una disputa con el técnico Rinus Michels.

LA NOCHE DE SEVILLA

Era 1982 y España vivía su Mundial: 70 mil aficionados en el Ramón...

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