'Secan' a competencia

AutorKarina Suárez

Hace dos años, ella cambió las letras y su máquina de escribir por las frutas, verduras y un horno.

En aquel entonces, Margarita Villaseñor estaba en riesgo de entrar a las filas del desempleo, por lo que decidió arrancar su negocio pensando en las botanas saludables.

Con el nombre Crazy Chips, una inversión de alrededor de 100 mil pesos y un amigo que la asesoró en el arte de deshidratar alimentos, emprendió su camino en los negocios.

Su objetivo inicial era llegar a los niños a través de las escuelas, pero conforme pasó el tiempo descubrió que sus mayores compradores eran los adultos que cuidan su alimentación, que valoran los alimentos deshidratados.

"La imagen en un principio la pensé para niños y al momento de entrar a las escuelas me di cuenta que finalmente los niños no están dispuestos a pagar 20 ó 15 pesos (por una botana)", explicó.

Esta reorientación del mercado estuvo acompañada por un rediseño del empaque, para hacerlo atractivo a personas de mayor edad.

"Son alimentos saludables que te obligan a tomar agua y además brindan a tu cuerpo una gran cantidad de fibra que elimina la grasa mala", explicó.

Sus primeros clientes fueron conocidos y amigos. Ahora comercializa al mes más de 500 paquetes, y su principal canal de distribución han sido las tiendas cercanas a su domicilio, ubicado en la colonia Prados Vallarta.

Sin embargo, el mayor desafío es conseguir los niveles de producción necesarios para entrar en las cadenas de supermercados.

Margarita Villaseñor reconoce que existe una gran competencia con marcas de Estados Unidos, además de que el paladar nacional todavía no acepta abiertamente este tipo de botanas saludables.

"Sí ha nacido mucha competencia en cuanto a productos saludables, y han surgido muchas grandes deshidratadoras que tienen grandes inversiones y agarran un solo producto, pero aquí el proyecto es producir uno sin conservadores", destacó.

Asesoría más que recursos económicos, advirtió, es lo que necesitan los emprendedores. Siguiendo su propio consejo y con el ánimo de que su negocio prosperara, ella buscó capacitación en la incubadora del ITESO.

"En un principio recibí ayuda de la Seder (Secretaría de Desarrollo Rural) por medio de un especialista en deshidratación que verificó mis procesos", detalló.

Su estadía en la incubadora le permitió enfocar su oferta hacia los productos que tienen más aceptación, por ejemplo, la piña y el mango con chile.

La empresaria calificó como "heroico" mantenerse en el...

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