Con sello mexicano

La comida mexicana ha resistido firmemente el embate de las opciones de comida rápida, especialmente de origen estadounidense. "Los hábitos son difíciles de cambiar de manera radical, algunos de ellos prácticamente nunca desaparecen porque representan la esencia de una sociedad en particular, por ejemplo: el consumo de maíz en México", se lee en el ensayo La Alimentación de los Mexicanos al Final del Milenio: De la Diversidad a la Homogeneidad Regional, de Felipe Torres Torres, doctor en Economía de la UNAM.

"Como población mexicana tenemos muy establecido que algunos alimentos son muy propios de nuestra región, se siguen cultivando y nos dan la característica de ser mexicano", coincide Inés Sánchez Alfaro, jefa de Cocina Central del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, del ISSSTE.

Haga un poco de memoria y se dará cuenta que al menos una o dos veces cada semana consume una porción de maíz o algún guisado que contenga jitomate, frijoles, chile, nopales o amaranto, todos ingredientes que complementan la esencia de la que habla el economista.

Así es posible llevar una dieta saludable basada en alimentos mexicanos típicos y para hacerlo no necesita gastar mucho. Puede recurrir a un nutriólogo para que le diseñe una dieta con base en el ingreso de su familia.

Aquí algunos detalles con los que le quedará más claro lo valioso de estos alimentos.

ROJO BÁSICO

El jitomate se conoce también como tomate rojo; en los Estados del Golfo y el sureste lo llaman tomate; por eso hay que tener cuidado de no confundirlo con el tomate verde o de cáscara, dice Laura Guadalupe González Alamillo, estudiante de la Licenciatura en Gastronomía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) en su texto Productos Mexicanos, Regalos de México para el Mundo. La utilización del jitomate en la cocina mexicana es infinita: con él se hacen todo tipo de salsas, caldillos, guisados y moles; también se come crudo, asado o cocido.

SÍMBOLO NACIONAL

En la época prehispánica, junto con el maíz y el frijol, el chile formó parte de la dieta de los mexicanos. De hecho, su cultivo es más viejo que el del jitomate y el maíz. Algunos chiles frescos tienen un nombre y cuando están secos otro. El chile poblano se convierte en ancho, el jalapeño en chipotle y el chilaca en pasilla.

"El picante le da mucho sabor a nuestra comida y ayuda a que el índice de anemia, común en mujeres de 5 a 12 años, disminuya, pues es como un vehículo que ayuda a que el organismo absorba el hierro a...

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