Sergio Aguayo / Los 4 del INE

AutorSergio Aguayo

Pensaba que nunca llegaría el día en el que los partidos atenderían una vieja exigencia ciudadana. Sus diputados elegirán, el día de hoy, a los cuatro nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) en un proceso sancionado por un Comité, casi totalmente ciudadano. Para entender lo que está en juego, hace falta contexto e historia.

La imparcialidad y el profesionalismo del árbitro electoral son indispensables para el funcionamiento de la democracia. Un lastre de nuestro sistema político ha sido la determinación con la cual gobernantes y partidos han colonizado esos cargos, nombrando a sus cómplices. Para demostrar lo nefasto de las consecuencias, traigo a la memoria los traumáticos comicios presidenciales de julio de 1910.

Hace 110 años compitieron Porfirio Díaz y Francisco I. Madero. Ganó el primero, con el 98 por ciento del voto. En representación del segundo, Federico González Garza presentó ante el árbitro (la Cámara de Diputados) un alegato de 600 páginas bautizado como el "Memorial del Fraude". El 27 de septiembre, la Comisión respectiva respondió con una mísera línea: "No ha lugar declarar la nulidad de las elecciones". Días después, Francisco I. Madero lanzó el Plan de San Luis Potosí, anulando los comicios y haciendo un llamado al levantamiento en armas.

Después de la Revolución, los gobernantes siguieron controlando al árbitro electoral y manipulando las elecciones. Varias generaciones hemos dedicado tiempo y esfuerzo a combatir el sometimiento del árbitro y a exigir su autonomía. Finalmente, el Presidente, su partido y la disminuida oposición han coincidido en lo indispensable de acabar con cuotismo y cuatismo. Convocaron a un grupo ciudadano conocedor y plural. Salvo John Ackerman, los demás (Silvia Giorguli, Blanca Heredia, Sara Lovera, Ana Laura Magaloni, José Roldán Xopa y Diego Valadés) no tienen actividad partidista.

El Comité Técnico Evaluador aplicó un examen de oposición profesional, con reglas claras y transparentes. En cada una de las tres etapas -conocimientos, ensayo y entrevistas- fueron reduciendo el universo hasta llegar a 60. Concluyeron armando cuatro quintetas, de las cuales saldrán dos consejeros varones y dos mujeres. Sobrevino la reacción.

Desde hace tiempo, John Ackerman ejerce como "sumo sacerdote" de la pureza transformadora. Cuando su candidata, Diana Talavera, fue excluida de las listas finales, acuñó un dictamen apocalíptico: "Naufragó el proceso" (así inicia...

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