Sergio Aguayo / Negacionismos

AutorSergio Aguayo

La corrupción no se combate negándola sino entendiéndola y atacándola de frente. Preparémonos para enfrentar la ofensiva que se viene contra los bosques y el suelo capitalinos.

Si existiera un concurso internacional sobre la negación, los políticos mexicanos serían campeones. Los priistas, panistas y verdes andan en procesión lanzando cánticos e incienso a una reforma energética llena de gracia, sin jamás mencionar que fue gestada y parida en la corrupción. Perredistas como Dolores Padierna o Jesús Zambrano reaccionan condenándola por ser parte de la "corrupción generalizada" pero no hacen nada para combatirla donde gobiernan. El ejemplo más prístino es el Distrito Federal.

Causó roncha la encuesta del Grupo Reforma sobre la estrepitosa caída en la aprobación de Miguel Ángel Mancera, quien la explicó por los cambios en el Hoy no Circula. La medida impactó, pero el jefe de Gobierno nada dijo sobre el peso de la corrupción en el desencanto con él. Al 75% de los ciudadanos y al 88% de los líderes les disgusta la forma en que el gobierno de Mancera combate la corrupción. Es la variable peor evaluada y resulta incomprensible la pachorra (e.g. indolencia) del jefe de Gobierno.

El trazo de las ciudades mexicanas debe mucho a la corrupción. Hacerse de unos terrenitos en zona prohibida para fraccionarlos o construir seis pisos donde se permiten dos ha sido una forma rápida de allegarse recursos para el dispendio o la carrera política. Los gobiernos perredistas han tolerado esas prácticas invocando el "interés social" en dos situaciones diferentes pero complementarias.

La primera es tolerando la destrucción de los bosques del sur. La mancha de cemento ha crecido incontenible por los rumbos de Milpa Alta, Álvaro Obregón y Cuajimalpa. El área natural protegida Parque Nacional Fuentes Brotantes de Tlalpan (la delegación más afectada) tenía 129 hectáreas y sólo le quedan unas 8 (cifras de la delegación Tlalpan). Quienes invaden pagan el favor animando mítines y votando por quienes dominan el partido del sol azteca. En el cambalache también entran las pacas de billetes.

También han recurrido al "interés social" para justificar cambios en el uso de suelo. Para eso sirvió la depredadora Norma 26 (ahora interrumpida) y para eso servirán las Normas 30 y 31 en caso de ser aprobadas. Tras esas normas está una telaraña de corrupción tejida por los "desarrolladores", las delegaciones, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y la Secretaría...

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