Sergio Aguayo / Archivos

AutorSergio Aguayo

Para Luz Longoria de Álvarez Icaza, pionera de la sociedad civil

Andrés Manuel López Obrador nos promete acervos capaces de iluminar miles de comisiones de la verdad. Para hacer factible la esperanza, sólo falta que resuelvan ambigüedades y otorguen presupuestos.

Los archivos son el acceso más seguro a la verdad y a la justicia. En México, esta vía corta se ha hecho interminable por la bipolaridad de quienes gobiernan: presumen su amor por el conocimiento y sus grados académicos -algunos inventados-, pero ocultan los expedientes probatorios de violaciones a derechos, abusos de autoridad y corrupciones. Pese a todo, hemos avanzado.

En 1982 la transparencia llegó gracias a un descuido. Resulta que la Secretaría de Gobernación entregó al Archivo General de la Nación (AGN) 2,920 cajas de documentos, pero los estibadores se equivocaron y, entre ellos, iban expedientes de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS) y de la Dirección Federal de Seguridad (DFS). Como nadie se percató del error, las cajas quedaron a disposición del AGN que sepultó la información por más de una década.

En 1993 el Secretario de Gobernación, Patrocinio González Garrido, declaró que los acervos debían abrirse a los 30 años. La opinión carecía de sustento legal, pero como nadie la contradijo, Patricia Galeana, entonces directora del AGN, abrió el Fondo Gobernación; el material ha sido determinante para un buen número de investigaciones.

Otro momento fue la recuperación del riquísimo archivo de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) que cubre de 1947 a 1985. Se salvó porque quien lo organizó, el agente de la DFS, Vicente Capella, defendió su integridad. Me enteré de su existencia por los diálogos con Jorge Carrillo Olea y el grupo con el cual construyó el Cisen. En 1999, cuando parecía posible la victoria de Vicente Fox, me autorizaron a consultarlo. También informé a Adolfo Aguilar Zinser de su existencia y él convenció a Fox de abrir las 4,223 cajas que se depositarían en el AGN.

Así pues, la batalla por la información tiene una historia resumible en tres generalizaciones: a) empleados públicos anónimos, mal pagados y menospreciados que salvaron para el país cantidades enormes de información; b) funcionarios de diferente ideología que lograron abrir a consulta diversas colecciones; y, c) académicos mexicanos y extranjeros que cumplieron, usando esos fondos para reescribir y reinterpretar la historia del siglo XX. El...

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