Sergio Aguayo / Fallas de origen

AutorSergio Aguayo

El gobierno que elegimos se propone "mexicanizar" la estrategia de seguridad con Estados Unidos. El encuentro entre el Secretario de Estado, Mike Pompeo, con Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard es el punto de partida para corregir fallas de origen en las relaciones con el vecino del norte, en esa materia.

Durante el sexenio de Miguel Alemán (1946-1952) se afianzó la creencia de que todo lo proveniente de Estados Unidos era positivo. La Dirección Federal de Seguridad se fundó en 1947 teniendo como modelo al FBI y los instructores provenían de esa corporación y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Aarón Navarro afirma en Political Intelligence and the Creation of Modern Mexico, 1938-1954, que los agentes mexicanos sentían tanta veneración por sus tutores que, además de imitarlos en la forma de vestir, se apodaron a sí mismos como los "Jiménez" para imitar fonéticamente a los "G-men" (Government Men), nombre popularizado por Hollywood para referirse a los agentes del FBI.

Las agencias estadounidenses enseñaron a los mexicanos a infiltrar, a espiar y a reprimir opositores, pero no a transformar la información en inteligencia. La CIA se hizo cargo de entregar los análisis sobre amenazas internas y externas a varios Presidentes mexicanos. El resultado fue un colonialismo intelectual y una relación de dependencia que debe terminar por al menos dos razones. Somos un país soberano y una parte de Estados Unidos nos considera su enemigo.

En el establishment de seguridad estadounidense hay dos escuelas. La línea dura está representada actualmente por Donald Trump, quien nos trata como una amenaza que debe combatirse y contenerse. Otros proponen preservar un orden existente que les resulta beneficioso. Lo ejemplifico con la carta enviada a Trump en marzo pasado por diez generales y almirantes que dirigieron los comandos Norte y Sur. Le pedían a su Presidente seguir en el TLC por razones de "seguridad nacional". En juego estaba la preservación de la "estrecha colaboración" de México y Canadá para combatir el "tráfico de drogas, el terrorismo, la ciberseguridad, el crimen organizado y la migración".

El Gobierno de Enrique Peña Nieto se ha distinguido por el servilismo hacia Washington. Si el gobierno electo el 1 de julio quiere construir un "modelo mexicano" para enfrentar al crimen organizado, tendrá que revisar a fondo lo que pasa en las relaciones de seguridad con el vecino. Ello supone ajustes...

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