Sergio Aguayo / Estado huachicol

AutorSergio Aguayo

Es totalmente lógico que el saqueo a Petróleos Mexicanos sea el protagonista del primer bimestre de Andrés Manuel López Obrador como Presidente. Confirma la existencia de otro Estado paralelo.

El huachicol se impuso por méritos propios en la agenda nacional. En abril de 2018, el ahora Secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, presentó en El Colegio de México su proyecto en seguridad y ni una sola vez mencionó el robo de hidrocarburos. El viernes pasado, él mismo presentó al Senado la Estrategia Nacional de Seguridad Pública; un documento de lectura indispensable donde el huachicol es uno de los protagonistas.

Es irrelevante para la argumentación que sigue por qué decidió el nuevo gobierno lanzarse contra el huachicol. Lo trascendental es que al abrir los ventanales y portones empezó a brotar la evidencia sobre la rapiña metódica y cínica de una empresa expropiada a extranjeros arrogantes y abusivos en 1938. ¿Sería posible trazar la curva de la degradación de la Revolución mexicana con la evolución de un sindicato heroico en 1938 y rapaz en 2018?

La prioridad dada al huachicol altera el orden de los principales enemigos de la nación. Hasta hace unos meses sabíamos que había un Estado criminal paralelo; ahora podemos hablar sobre un posible Estado huachicol. Hay diferencias entre ambos. Al primero, lo encabezan delincuentes profesionales que operan desde la clandestinidad, pero están fuera de las instituciones; el segundo, está formado por redes de funcionarios, políticos, empresarios y comunidades coordinadas desde el interior del Estado.

El reajuste en las prioridades se va haciendo evidente en el discurso. El Presidente anuncia que terminó la guerra contra los capos del narco y en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública lo confirman y aseguran que contra el huachicol han lanzado "todas las capacidades institucionales del Estado". Con este reajuste, construyen un enemigo más fácilmente identificable y atacable jurídicamente porque hay pistas documentales que permiten su identificación y desmantelamiento. Es un enemigo que facilita tocar a rebato pidiendo la unidad en torno al régimen.

La estrategia tiene altos niveles de consentimiento pese a la improvisación y los errores de los primeros días. Influye que el gobierno lopezobradorista mejoró muchísimo su capacidad operativa y fue capaz de resolver el desabasto y hacerse del control estratégico, táctico y mediático de la ofensiva.

El desconcierto en...

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