Sergio Aguayo / ¿Manzana podrida?

AutorSergio Aguayo

Tras la detención del general Salvador Cienfuegos, militares y civiles tenemos el derecho de saber hasta dónde llega la corrupción militar, cómo piensa combatirla el gobierno de la 4T y cuáles son los planes de Estados Unidos.

Bosquejo, para empezar, los orígenes recientes del protagonismo militar, tomando como punto de partida la "Noche de Tlatelolco" y la "Operación Intercepción". El 2 de octubre de 1968, el presidente Gustavo Díaz Ordaz le tendió una trampa al Ejército: envió a un grupo de francotiradores a Tlatelolco para que dispararan contra civiles y militares. Díaz Ordaz justificó la represión del "Movimiento Estudiantil", la opinión pública culpó al Ejército de la masacre y el secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán, enfureció. Así inició un proceso de fortalecimiento institucional cuantitativo y cualitativo (para esto último proliferaron las instituciones educativas).

Un año después, en septiembre de 1969, Richard Nixon ordenó la "Operación Intercepción" que consistió en el cierre de la frontera para alentar al gobierno mexicano a combatir con mayor enjundia el tráfico de drogas. Fue un chantaje vil, pero efectivo: el presidente Díaz Ordaz cedió y eso generó un proceso que desembocaría, años después, en la "Operación Cóndor", símbolo de un mayor involucramiento militar en el combate a la producción y tráfico de drogas. Desde entonces, ahí siguen.

En los 50 años transcurridos ha crecido el poder de los militares mientras se debilitan -por diversos motivos- otras instituciones del Estado. Entre 2000 y 2020, Sedena incrementó su presupuesto en un 450 por ciento y en el proyecto para el próximo año, sus partidas aumentarán en casi 20 por ciento. La Marina también se ha fortalecido, aunque sus aumentos han sido menores (cifras provenientes de Casede, Atlas de la Seguridad y la Defensa de México 2019-2020, de próxima aparición).

Durante estas décadas han ido saliendo casos sobre la corrupción de militares de alto rango y tropas de élite (pienso en el origen de los Zetas y en las atrocidades que cometieron). La explicación de cajón es que son "manzanas podridas", casos excepcionales. El Presidente acaba de usar el mismo argumento para explicar la detención del general Salvador Cienfuegos Zepeda (lo opuesto pasa con académicos, activistas y periodistas: para AMLO todos somos corruptos).

Tengo un profundo respeto hacia las instituciones...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR