Sergio Aguayo Quezada / Riña de abogados

AutorSergio Aguayo Quezada

Tanto escándalo ha impedido degustar el pleito de Felipe Calderón con los jueces. La riña entre abogados nos atañe y nos afecta.

El 23 de junio Felipe Calderón los puso en la mira. Cuando dialogaba con las víctimas agrupadas en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad reconoció que "Rubí Frayre, la hija de Marisela, perdió la vida" porque un criminal confeso fue liberado por "jueces incompetentes". El tono fue creciendo ("he sabido de jueces que han recibido dinero o que dialogan con criminales, y que liberan a criminales") y culminó el 6 de septiembre cuando, en un intercambio cibernético con ciudadanos, se liberó del yugo del discurso escrito para lanzarse a fondo: "No es que yo la traiga contra los jueces; al contrario, los aprecio y todo. Pero ya también empieza uno a cansarse, mano. Uno los agarra y los agarra y los agarra y los agarra, y los sacan y los sacan y los sacan". Durísimo y deliberado.

La estrategia de comunicación presidencial incluyó entrevistas a los principales noticieros de la televisión y siempre hizo una diferenciación clave entre la "verdad real" y la "verdad legal" que ilustró con el caso de Jorge Hank Rhon al cual liberaron por tecnicismos jurídicos cuando le encontraron un arsenal. Imperó lo "legal" sobre lo "real". Lógicamente pidió al Poder Judicial revisar sus estructuras e integrantes.

Los abogados forman un gremio peculiar. Son formales, conservadores y quienes integran el Poder Judicial son poco autocríticos y se atrincheran tras el silencio y el lenguaje críptico. Once semanas se tragaron la bilis hasta que el 6 de septiembre el Consejo de la Judicatura Federal -encabezado por el Presidente de la Suprema Corte- emitió un pronunciamiento con cuatro líneas envenenadas dedicadas a Calderón: "Cuestionar el trabajo de los jueces, sin fundamento, por consigna y más aún, sin pruebas, atenta contra la estabilidad nacional. Rechazamos enérgicamente que se hagan señalamientos en contra de impartidores de justicia, sin que se acompañen de las pruebas que los acrediten debidamente".

Otro abogado, Miguel Carbonell (El Universal, 8 de septiembre) hizo puntualizaciones que me parece reflejan el sentir del dolido Poder Judicial. Tachó de incorrecto "que el jefe de Estado mexicano" acusara sin "aportar inmediatamente los elementos necesarios para activar el sistema de responsabilidades" y luego añadió que "si Calderón sabe con certeza qué jueces están en la nómina del narco, debe revelar sus nombres y ordenar a la...

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