Sergio Aguayo Quezada / Los turistas

AutorSergio Aguayo Quezada

Un turista ejemplar prepara con enorme cuidado sus desplazamientos; sólo así acumula conocimientos y vivencias. El turista común y corriente, por el contrario, flota sobre las realidades sin querer entenderlas ni relacionarse con ellas; ¿qué hacer para que nuestros gobernantes dejen de comportarse como turistas de tercera?

Un ejemplo claro de lo anterior han sido las reacciones y el manejo poco brillante de gobernantes y políticos ante la decisión de quitarle a Acapulco el Tianguis Turístico que se realizaba en el puerto desde hace 36 años.

La Secretaría de Turismo federal (panista) anunció súbitamente que el dichoso tianguis sería itinerante. Al Alcalde (priista) le salió la estirpe guerrera y convocó a taxistas y lancheros a movilizarse por tierra y mar; no sería extraño que pronto los veamos en el Distrito Federal instalados en guapachoso plantón mientras regalan a transeúntes y curiosos miles de cocos borrachos. El perredismo, por su parte, ya condenó con adjetivos la afrenta al Gobierno (perredista) de aquel Estado, mientras que los agitados estados de Durango, Nuevo León y Quintana Roo piden que el tianguis se haga en sus territorios.

Todos ellos se desviven en elogios al benéfico turismo. Ninguno bosqueja algún proyecto para reducir los niveles de violencia que están ahuyentando a los visitantes (según encuesta de MURAL publicada el 19 de abril de 2011, 59 por ciento de viajeros temen usar las carreteras durante esta Semana Santa). Tampoco tienen un proyecto de largo plazo y la norma, cuando gobiernan, es hacer algo para destruir los atractivos naturales de este país. La tolerancia oficial hacia el urbanismo salvaje devasta manglares, agota o contamina ríos y arroyos, invade zonas protegidas.

Morelos tiene vocación para el turismo por su ubicación y sus recursos naturales. En los últimos años, las autoridades de los tres niveles compiten en la destrucción del medio ambiente. La fórmula que han encontrado son los cambios de uso de suelo que permiten las construcciones irracionales e ilegales que violentan las reglas más elementales del urbanismo.

En un par de columnas escritas durante el último año narré la decisión del cabildo perredista de Jiutepec de cambiar el uso de suelo, lo que permitió la construcción de 280 casas en un terreno apto para 47. También conté sobre la oposición de vecinos -entre los cuales me encuentro- al fraccionamiento La Cantera y las demandas jurídicas contra la decisión del Ayuntamiento. El forcejeo ha...

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