Serpientes y Escaleras

Hace tan sólo unos cuantos días se celebró el aniversario del Bali Bar (Av. Patria) y estuvo de lujo. La gente que disfruta de la batucada, del reggae y del buen ambiente, se prendió en serio. La atención del lugar estuvo padrísima y aunque a ratos se sintió como un "apretadero" (de tanta gente) supieron darle el toque especial a la noche. Las bebidas de cortesía tuvieron de protagonistas a la cerveza, vodka con lima y vodka con maracuyá. ¡Felicidades por el segundo año!

Cuando un lugar tiene calidad en su servicio, en sus alimentos y en su trato para competir con las cadenas transnacionales, se nota. Un ejemplo es el Tao Sushi (Av. Guadalupe) que cada día tiene más clientela. ¿No lo creen? Basta con que vayan un viernes por la noche y descubran que el lugar está abarrotado, todos quieren saborear los platillos que en la carta ofrecen. Eso no es todo, ya que la amabilidad del propietario, el gerente, el chef y los meseros es digna de mencionarse. ¿Lo malo? Es que cierran temprano y muchos desvelados quisieran que no fuera así. De todas maneras este Tao se lleva un 10 y nota.

Hoy esta columna es un llamado de atención a los cinéfilos. Señores, señores, señores, Cinépolis hace un enorme esfuerzo para permitirle a las personas minusválidas disfrutar de una película cómodamente: tiene personal que se encarga de trasladar a la persona en silla de ruedas hasta la sala que le corresponde, de evitar cualquier situación que la ponga en riesgo y atenderla como se merece (de maravilla). Hace unos días, un par de familias -desconocidas entre sí- se dirigieron (con sus amigos en sillas de ruedas) a Plaza Galerías 360 y se toparon con la sorpresa de, primero, que no había ningún lugar disponible en el estacionamiento para personas minusválidas (ésos que están situados cerca de las entradas) y segundo, que al llegar a la sala VIP del cine y a pesar de que la gente se percató del esfuerzo por situar a las personas en un lugar cerca de la salida de emergencia y en los lugares de la orilla, hubo chavos que corrieron a "agandallar" los sitios en los que se disponían a sentar a los enfermos. ¡Caray, ni porque estaban viendo respetaron! Y aunque la señorita a cargo (de Cinépolis) les pidió a los cinéfilos que se esperaran un segundo, ni caso hicieron a la petición, ¿qué les costaba esperar unos minutos para poder...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR