Por una silla

AutorKatia Diéguez

Desde que nació,x tuvo complicaciones cerebrales; ahora su familia batalla para atender su parálisis cerebral.

A las pocas horas de nacido, el diagnóstico de José Carlos no fue muy alentador: sufrió de hidrocefalia y a los 2 años comenzó con la epilepsia.

Desde entonces, su familia trabaja para darle la mejor calidad de vida a pesar de las carencias.

Todos los días, el joven de 20 años debe tomar al menos dos medicamentos: uno para tratar la epilepsia y otro para la ansiedad.

Con los gastos de las terapias de rehabilitación, medicina y pañales, la familia no ha podido adquirir la silla de ruedas especial para jóvenes con parálisis cerebral; es decir, acolchonada alrededor de la cabeza y con una figura ergonómica para evitar contracturas.

A falta de la silla, José Carlos se traslada en una silla de ruedas convencional, que su mamá ha adecuado con con cojines y cobijas para evitar las molestias.

"Se nos hace muy pesado la verdad", reconoció Angélica María Rodríguez, madre de José Carlos.

Y aunque son beneficiarios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), recurrieron a un neurólogo particular para que le cambiara el medicamento a José Carlos, pues la que le proporcionaba el organismo le causaba ansiedad e interfería con su...

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