SOBREAVISO / Cotidianeidad y discursos de salva

AutorRené Delgado

No hay mejor disfraz para ocultar la incapacidad de gobierno de los pequeños asuntos, que simular exclusivo interés por los grandes asuntos.

Algo de eso está ocurriendo. Se anuncia que, en cuestión de años, de lo más profundo del mar tendremos el oro negro, pero se oculta la incapacidad para cerrar la llave de la ordeña. Se proclama la cobertura universal de salud, pero se oculta la incapacidad de dar garantías a la seguridad y la integridad de los 12 mil pasantes de medicina. Se anuncia el número del correspondiente capo detenido o abatido, pero se oculta la incapacidad de brindar seguridad a la ciudadanía.

Se desprecia la agenda ciudadana, haciendo creer que sólo los grandes asuntos de Estado interesan a una administración que, a la fecha, no consigue erigirse en gobierno.

Lo ocurrido la madrugada del lunes pasado en Tepeji del Río ilustra con elocuencia la incapacidad para reponer sin aspavientos, en la cotidianeidad, el Estado de derecho.

En la proximidad de ese poblado, un grupo de malandrines intentaba ordeñar un ducto de gas. Perdió el control de su fechoría, provocó una fuga y ésta se tradujo en una contingencia que hizo evacuar a 5 mil personas y parar el tráfico, por seis horas, de 40 mil vehículos en la autopista México-Querétaro.

Mayor derrame de la criminalidad sobre la sociedad sólo podría describirse como una tragedia. No hubo tragedia, por fortuna, pero la reacción de la autoridad es infame: como no hubo tragedia, no emprendió una acción decidida para dejar en claro la prevalencia del Estado de derecho. En todo caso, el suceso formará cifra en la estadística del robo y el saqueo, pérdidas sin importancia en la lógica oficial.

Pemex denunció el hecho hasta el miércoles y, a ese ritmo, la Procuraduría General de la República se interesó por lo sucedido de la manera más curiosa: habiendo una pipa rotulada en el sitio donde se realizaba la ordeña, teniendo la matrícula y los números de serie del motor y el chasis, el olfato de los sabuesos los llevó buscar huellas dactilares.

La empresa anunciada en el rótulo de la pipa no dijo nada el primer día y, luego, señaló que ese vehículo se lo habían robado el día anterior, pero curiosamente levantó acta de robo hasta el lunes, después de lo ocurrido. Y colorín colorado, quedamos atentos a la siguiente ordeña que, cualquier día, se traducirá en una tragedia que dará lugar al consabido discurso de "se aplicará la ley, caiga quien caiga".

El esclarecimiento de ese pequeño asunto, el...

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