SOBREAVISO / El día con día

AutorRené Delgado

Presa de un priismo y un foxismo involuntario, la Administración calderonista no escapa a la política del "día con día".

En ese esquema, el problema no sólo es la inexistencia de las metas de largo o mediano plazo sino que, sin rumbo ni perspectiva, los remedios del día alejan la salud de mañana. Peor aún, la idea de resolver el "día con día" crea la ilusión de avanzar hacia un futuro... incierto.

El calendario -por no decir, el azar- gobierna la agenda, la agenda no gobierna al calendario. La urgencia por salvar la coyuntura sepulta la importancia de construir la estructura.

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No hay prioridades. Los aciertos del primer año de la Administración son ya memoria. Aflora de nuevo, obcecadamente, la vocación de entender el Gobierno como un asunto de bomberos sin formación ni experiencia. Todo es correr y agitar los brazos. Quizá por eso argumentan no estar de brazos cruzados. Mucho movimiento sin dirección.

Poco a poco las supuestas prioridades de la Administración se diluyen, sea porque se perdió la perspectiva o porque las derribó la adversidad. Lo urgente de nuevo desplaza lo importante.

El primer empleo o el último es algo menos que la sombra de una promesa. La mejora en la calidad educativa, una aspiración frustrada. La reforma petrolera, un ardid para ocupar el tiempo. La vigencia del Estado de derecho, un eslogan inaplicable en el caso de Citigroup-Banamex y muchos otros. La reestructuración de la seguridad pública, un recurso para organizar alguna cumbre. El bicentenario y el centenario de la Independencia y la Revolución, una efeméride como cualquier otra que, en su fecha, habrá de considerarse.

Sin querer, la Administración calderonista desarrolla un estilo de Gobierno a partir de modos y recursos priistas, pero sin la gracia y la desfachatez foxista. Es lo uno y lo otro, aderezado con gesto de enojo y estampado con sello de ineficacia.

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En dos campos -que se resumen en uno- preocupa la puesta en práctica de esa política del "día con día": la conversión del combate al crimen en una guerra sin plazo ni fin y la conversión de la relación con Estados Unidos en un conflicto.

Incapaz de elaborar y desarrollar una auténtica política en materia de seguridad, la Administración da palos de ciego y, según la gravedad, algún golpe espectacular. Pero palos todos, a fin de cuentas.

Si Estados Unidos reactiva la política del doble discurso -el reconocimiento y el reclamo; el palo y la zanahoria; la cooperación declarativa y la condición...

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