SOBREAVISO / Fisuras

AutorRené Delgado

Hasta ahora son fisuras, pero -de no atenderse- pueden concluir en una fractura y vulnerar la posibilidad de reponer el horizonte nacional.

En la idea de avizorar un mejor futuro no sobra revisar el pasado, siempre y cuando no se pierda noción del presente, el campo de acción donde deben fincarse los propósitos. Perder el sentido de realidad y refugiarse en el pasado no garantiza realizar anhelos, los condena a la nostalgia.

Estos últimos días, marcados por la adversidad en el ámbito de la seguridad, la política y la economía, han mostrado a un jefe del Ejecutivo desesperado y dispuesto a pelearse con la realidad hasta... negarla.

Así no se hace historia, se repite. Y en esa rutina de generar expectativa y esperanza para, luego, estrellarlas, radica en buena medida el hartazgo nacional.

Levantarse para caer de nuevo fatiga, no entusiasma.

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Si alguien echó por tierra el valioso e inédito ejercicio de informar y rendir cuentas sobre el operativo militar fallido en contra de Ovidio Guzmán, fue el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.

El miércoles, la relatoría presentada por el secretario de la Defensa, el general Cresencio Sandoval, perdió valor y sentido cuando el mandatario pasó a disputar con insultos a la prensa, si ésta o el Estado cometió más errores. Tras quejarse de cómo los medios de comunicación convencionales "se nos lanzaron con todo" y mostraron el cobre, el presidente López Obrador cargó contra el conjunto de la prensa, incluyendo hasta la que considera independiente y salvando, desde luego, "las benditas" redes sociales que, en un tris, pueden transformarse en malditas. Del jueves, mejor ni hablar. En un nuevo y absurdo lance, abrió un nuevo frente al encarar de mal modo el malestar de algunos mandos del Ejército con su política.

Qué bueno que el jefe del Ejecutivo no esté dispuesto a callar ante los supuestos excesos, manipulación y desmesura de la prensa, qué malo que no sepa guardar silencio. Qué bueno que vea la paja, qué malo que no vea la viga. Qué bueno que sepa y quiera comunicar mucho, qué malo que no sepa o no quiera informar en serio.

Provocar una fisura con la prensa convencional e insultarla no alivia, enferma la relación con ella.

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En la política de seguridad hay dos errores que, ojalá, no sean el primer eslabón de una cadena.

Uno, crear a troche y moche un nuevo cuerpo de seguridad como la Guardia Nacional. Lo indicado era reglamentar el artículo 29 constitucional (suspensión de garantías) para...

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