SOBREAVISO / La realidad

AutorRené Delgado

La realidad, al parecer, no existe.

Lo prevaleciente es una serie de interpretaciones de aquella, a partir de la cual los actores despliegan su bandera para envolverse en ella y descalificar a quienes perciben de un modo distinto las cosas. Se complementan unos y otros y, así, contribuyen u obstruyen la posibilidad de construir esa realidad hoy inexistente que, según la óptica, postula consagrar un caro anhelo o amenaza con animar una insoportable pesadilla.

Convicciones, intereses y dogmas de signo contrario dominan el debate, haciendo gala de posturas radicales que debilitan aún más los puentes de entendimiento de un país en estado de emergencia. Juego peligroso donde se desvanecen la razón, el matiz y la inteligencia y se incorpora otro elemento: la pérdida del significado de la palabra. En la deformación, el trastocamiento o el vacío de su sentido, la palabra, en vez de ayudar a esclarecer y comprender la circunstancia, la enreda, al tiempo de maquinar otra realidad, esa sí, todavía más adversa.

De escalar la confrontación o la descalificación del adversario o sencillamente de quien piensa diferente, los filos de la desunión terminarán por abrir espacio a la debacle que tanto se teme. Situación que ahondará el desencuentro y tentará aún más a la violencia, dejando dividendos sólo al crimen de mezclilla y de corbata, sonrojado por su influyente participación en la política.

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Más allá de la frágil estabilidad económica y financiera, el país está prendido de alfileres.

Hoy, el intento de atemperar el robo de combustibles desde dentro y desde fuera de Petróleos Mexicanos ha puesto contra la pared al gobierno. Sin dominio pleno del aparato, la nueva administración encara el desafío criminal y, a título de consecuencia, el natural malestar social y la propuesta, con disfraz de apoyo crítico, de no menearle mucho al asunto por los efectos y daños colaterales supuestos en la acción.

La circunstancia coloca al país en un dilema. Sostener, aun con aciertos y errores en la operación, el propósito de ponerle un alto al saqueo de ese recurso fundamental, o bien, suspender la acción y, como otras veces, simular el combate, convivir de la mejor manera posible con el crimen y compartir el poder con él. Flotar, pues, entre el civismo y el cinismo.

En ese cuadro, la gama de posturas es singular. Hay sectores que resaltan la pérdida de dinero provocada estos días por el desabasto de combustibles, sin mencionar la pérdida acumulada durante años por la...

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