Del sofá al Óscar

AutorAbril Valadez y Jonathan Hernández

Netflix cambió el juego para las producciones audiovisuales. En sus poco más de 20 años de existencia ha estudiado el gusto de los usuarios, sus hábitos de consumo y los ha usado a su favor para crear contenidos a la carta. Es así como llegan a los Óscar para competir por primera vez en la categoría de Mejor Película.

Los guiones, producciones con agilidad y de calidad son parte de la estructura que la empresa californiana ha mantenido para que una de sus películas, Roma, se traslade del sillón de los usuarios a la competencia de cine más importante de Hollywood.

Rubén Darío Vázquez, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México y consultor en comunicación digital señala el valor agregado de la plataforma de streaming y los posibles caminos que ha seguido para llegar al Óscar con un largometraje de ficción.

"Creo que Netflix supo encontrar una muy buena combinación de elementos, no solamente tiene a un grupo de usuarios cautivos, también propuestas arriesgadas.

"Sí hay varias producciones que no valen la pena, pero lo interesante es que la plataforma rompió estándares", considera Vázquez.

Antes de ofrecer un servicio bajo demanda, la empresa fundada en 1997, operaba al estilo de Blockbuster, como un videoclub digital en el que los usuarios recibían por correo las películas.

La transformación de la empresa llegó 10 años después con el streaming, lo que le permitió a los usuarios el consumo inmediato de los contenidos y a Netflix estudiar el gusto de cada zona geográfica.

"Uno de los éxitos fundamentales es que produce para las audiencias de una manera muy específica. En México ha presentado varias producciones que le han funcionado, desde Club de Cuervos hasta Roma", añade.

ALGORITMO Y CABILDEO

El punto de quiebre para Netflix llegó con The Square, cinta documental que les dio su primera nominación a los Óscar, aunque Roma representa la mayor cantidad de nominaciones que han tenido en este certamen por un solo filme, en 10 categorías.

"Si bien los Óscar son una fiesta del cine donde se reconoce a lo mejor de la industria estadounidense cinematográfica, también tiene que ver con ciertas lecturas políticas y sociales del momento.

"Se cabildea con los jueces, se habla mucho, se invierte para colocar productos cinematográficos que, si bien pueden tener una calidad enorme, también tienen lecturas que van más allá del cine", enfatiza.

La combinación, considera, es llevar las lecturas de big y small data a ofertas locales, con un análisis...

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