Sugerencias del gourmet / De lo bueno, poco

AutorG.L. Othón

Bajo la banqueta se instala el carrito de la familia Rodríguez, el cual ya presume más de 30 años dando servicio. Ahora, los hijos de los dueños y cocineros son los encargados de ofrecer los guisos, que a mi gusto son una cruza de sabor casero y rural. También brindan servicio a eventos con más guisados.

Para acompañar los tacos disponen de cebolla, chiles toreados y una salsa de tomate y chile de árbol tatemado. La salsa merece una columna completa de descripción y análisis de las transformaciones que provoca sobre el alma de cualquier incauto.

Sólo tienen tacos de barbacoa, lengua en salsa verde y chicharrón en salsa roja. Así que solicito el primero, de chicharrón.

La apariencia es amarilla y flexible, y está bañado en una salsa roja-naranja brillante. Al contrario de lo que podría parecer, el sabor es ligero, pero mantiene en equilibrio la piel dorada, el tomate y los olores. Es bueno.

Continué con la lengua. Sólo una pieza de carne por taco -imagine el tamaño de la pieza-, adornado con una salsa verde-blancuzca espesa.

Yo lo embellezco más con cebolla y un poco de la angelical y endiabladamente enchilosa salsa de tomate.

No es suposición, es una realidad que las cosas cocinadas saben diferente si han sido cortadas finas o en grandes piezas. La lengua sabe a eso, está cargada de olores; se siente una carne suave, esponjosa y con ese saborcito de res con cierto aire ahumado, rematada con esa acidez del tomate y el levantón del chile. Fabulosa.

Y por último, el de barbacoa. Lo pedí blando, porque también lo...

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