Sugerencias del gourmet / Ante una mesa orgánica

AutorG.L. Othón

Interesante rescate de la lengua mapuche, casi extinta, para nombrar a la madre tierra, particularmente para un restaurante que sólo ofrece productos de la misma, certificadamente orgánicos, por lo menos así lo manifiestan los sellos Kosher, USDA Orgánicos y de Bioagri/Cert que aparecen en su proclama.

Me alegra que se haya traído a colación una lengua nativa para bautizar esta nueva iniciativa gastronómica: Ñuque (madre) y Mapu (tierra) simbolizan los pilares ancestrales de los pueblos originarios, quienes respetan y veneran la tierra y sus frutos. Creo es importante rescatar estos valores, sobre todo actualmente cuando se ha evidenciado, más que nunca antes en la historia, el maltrato y devastación a la que hemos sometido a la naturaleza. En fin, ese sería tema de otra mesa.

Una vez más el andador o paseo en el cual se ha convertido la Avenida Pablo Neruda recibe a este restaurante; aunque discreto, cuenta con un imponente espacio interior. El estacionamiento, aparentemente limitado, no será una dificultad, pues expeditos encargados se ocuparán de indicarle su lugar.

Buena combinación de elementos naturales en la decoración, muy ad hoc, más amigable con el ambiente y la naturaleza de las cosas.

Una palapa de confección magistral da cobijo al conjunto de casi 20 mesas. Un aroma como a hierbas y palmas frescas lo recibirá desde la entrada.

La música es suave y acogedora, un par de pantallas de TV se mantienen a discreción con bajo volumen.

Su carta, aunque no es extensa, cuenta con opciones de entradas y ensaladas, sopas y sandwiches, cortes de res, pescados, pastas, pollo, pizzas y una propuesta especial para niños.

Pues bien, puestos a celebrar el comienzo oficial del verano con mi discreto grupo de invitados, decidimos arrancar con unas cervezas californianas, orgánicas obviamente, certificadas y frías como era de esperar. El servicio es diligente y amable desde la entrada. El mesero se mantuvo alerta a su oferta y a la atención de nuestra mesa.

Una ensalada de espinacas con queso provolone aderezada con salsa de mango, abundante, fresca y crujiente, más una discreta pero suficiente presencia de queso en pequeñas cuadrículas, resultó justa, novedosa y sabrosa.

El cebiche de quinoa, que puede ser blanco o negro, fue solicitado en combinación para degustar y compartir. Los cebiches en general tienen ese importante componente ácido por la presencia del limón, que condiciona en su fórmula cruda a las carnes, pescados o mariscos. Sin embargo...

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