Sugerencias del gourmet / Viejos pioneros

AutorG.L. Othón

El apagón, el caos vial y el hambre me reencontró con un viejo conocido: La Squina.

Después de sobrevivir una tormenta tapatía, de esas que tradicionalmente paralizan la vida, tumban árboles, inundan calles y dejan democráticamente sin luz al gran restaurante y a los tacos de enfrente, uno lo que menos se esperaría sería encontrar el citado local funcionando. Esto, por su frágil apariencia.

Es un local que no es local, es -literalmente- una esquina sin paredes en donde están acomodadas las mesas al frente y alrededor de la parrilla principal, una esquina que ha crecido e incorporó sección de mesas a los laterales de la cocina central.

Al tomar una mesa al azar comprobamos dos cosas: el buen clima de la Ciudad tras un diluvio bíblico, el cual se goza más en una terraza-comedor como ésta, y la amabilidad y buena atención del personal.

Para refrescar, nada mejor que las tradicionales aguas frescas servidas en frascos de veladoras que caracterizan al lugar, fresa con piña y horchata fueron las elegidas.

Al revisar la carta, nuevamente caigo en cuenta que hace muchos platos que no venía. La oferta ya es grande, podemos encontrar desde tacos de mariscos y de diferentes carnes; así como brochetas y preparaciones de las más variadas con mariscos como elemento principal, tres tipos de hot dogs, sincronizadas y los infaltables globos (mezcla de verduras con la carne de su elección, cocidas al vapor dentro de papel aluminio)...y papas, muchas papas, al chimichurri, a la francesa, al horno y las que solicitamos: endiabladas.

Lamentablemente éste fue el único desacierto de la noche; aunque las papas cambray venían bien cocidas y en un generoso tazón, fueron bañadas con una pobrísima salsa de jitomate sin ningún carácter ni consistencia definida, que remataban con una sabana de queso blanco derretido -sin aportar al sabor-.

Me parece que en no pocas ocasiones restaurantes de la Ciudad complejizan las preparaciones que deberían de ser las más sencillas, además de abusar del queso fundido.

El segundo plato fue un acto de investigación en la sección de las sincronizadas, se ordenó la María Sabina, esta con hongos Portobello. La preparación presentada en plato largo cortada en cuatro porciones, sorprendió por su sabor.

Entre tortillas de harina, la combinación de queso Chihuahua, hongos, lechuga romana y jitomate, resultó en un muy disfrutable plato. La degustación de los generosos trozos de la sincronizada tenían particular sabor, que me parece consiste en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR