Templo de la Luz: Símbolo y orgullo

AutorAriel Noriega

Construido gracias al trabajo colectivo de miles de personas, el templo principal de la Luz del Mundo es mucho más que sólo el mayor templo de América Latina es el orgullo de sus creadores y un símbolo espiritual.

Ubicado en la Hermosa Provincia, la mayor construcción material de los seguidores de la Luz del Mundo es la sede anual de los principales festejos de la segunda religión más grande de México y la meta final de miles de personas que año con año dejan sus lugares de origen para llegar hasta Guadalajara.

Antes del inicio de su construcción, en 1984, en su lugar se ubicaba un primer templo con capacidad para 8 mil personas que fue demolido con la idea de crear en su lugar un templo que conjuntara las necesidades espirituales y materiales de sus seguidores que cada vez eran más.

La necesidad de un templo con una mayor capacidad para albergar al cada vez mayor número de personas que acudían anualmente a las distintas celebraciones, y la búsqueda de una presencia arquitectónica en la ciudad, motivaron la edificación del templo.

Pero la decisión final fue tomada después de la construcción del templo de Tepic, Nayarit, con capacidad para 4 mil personas y una combinación de estilos que lo hacían único.

Después de la invitación a decenas de instituciones, arquitectos e ingenieros del País se decidió aceptar cuatro de los proyectos presentados para un análisis final que determinaría la obra ganadora.

La seriedad del trabajo y la posibilidad de cumplir con la mayoría de los requisitos materiales y espirituales impuestos por la iglesia determinaron al ganador: Leopoldo Fernández Font.

Pero no todo era felicidad, el alto presupuesto y los ocho años que requería el creador del proyecto obstaculizaban la realización de la obra, que finalmente decidió construir la iglesia por su propia cuenta.

El proyecto fue comprado a su creador y los seguidores de la Luz del Mundo iniciaron la construcción de lo que consideran su templo construido, piedra sobre piedra, gracias al esfuerzo colectivo de todos.

Las fotos de la larga época de construcción, duró nueve años, muestran las largas filas de jóvenes organizados para transportar las miles de toneladas de mezcla que se necesitaron; alrededor de ellos, cientos de sus compañeros alimentaban a los que trabajaban, se turnaban, construían el mobiliario, esperaban.

Por fin, la enorme cúpula de estilo postmodernista que da forma al edificio y que se sostiene por sí sola gracias a un complejo esquema simétrico de...

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