Tequila lo conquistó
| Autor | Wendy Pérez |
TEQUILA.- "Es bonito California, quién lo duda... pero yo prefiero un tarro de tequila. Como México no hay dos", recita entre estrofas la canción que escribió el tapatío Pepe Guízar, en 1945.
Y como viaje en el tiempo parece hecha para Clayton J. Szczech, estadounidense fundador de la promotora Experience Tequila, y de la barra La Cata, que desde dolescente supo que "hogar" se oía mejor en español.
"A partir de los 13 años tengo un romance con el español, y lo estudié años hasta que me lancé a México como típico mochilero con mi mejor amigo y pasamos dos meses por el País, pero sin llegar a Jalisco.
"Entonces me 'reenamoré' de México, después de hacerlo del idioma", cuenta el sociólogo.
Admite que haber nacido en Bakersfields, en el Valle de San Joaquín, California, también lo marcó, pues vio mucha segregación, y no por Ley sino por costumbre, por ello mientras estudiaba la carrera en Portland, Oregon, trabajó en temas sociales, en apoyo a los migrantes.
Inmerso cada vez más en la comunidad latina, y con el español a flor de piel, Clayton tomó una decisión que después de 10 años lo tiene haciendo lo que más le gusta, generar cultura en torno al tequila.
"En términos crudos, el tequila me ha dado una carrera, una vida. He tenido el lujo de elegir mi manera de vivir, y todo eso empezó con el pueblo de Tequila", enfatiza.
El salto comenzó en Xalapa, Veracruz, hacia donde viajó tras terminar sus estudios con el fin de seguir perfeccionando su español y vivir "como mexicano".
Semana a semana, catar tequila se volvió su hobby, y aunque reconoce que lo tomaba tras dejarlo en el congelador y con limón, poco a poco se dio cuenta de su gran error.
"No hacía falta todo eso, vi que se puede tomar derecho y a temperatura ambiente; entonces reconocí que debía aprender y me puse a leer.
"Iba diario a la biblioteca, también leía de historia mexicana, todo lo que podía en línea o impreso, y cuando me adentré al tema del agave pensé que era irreal, ¿cómo una planta que tarda tantos años en crecer es sacrificada para hacer un tequila o un mezcal?, fue fascinante".
Tras todo esa inmersión en la cultura de México, y antes de regresar a Estados Unidos, tenía una asignatura pendiente, visitar el pueblo de Tequila.
"Entonces, mi tercer enamoramiento con México fue cuando pisé este Pueblo Mágico y conocí a su gente. Me sentí en casa y busqué forma de regresar, así que gracias a lo que había leído comencé a organizar tours, y a lo largo del siguiente año establecí relaciones para hacerlos más formales. Empecé a tocar puertas en destilerías, en la Cámara, en el Consejo y siempre recibí un sí, nadie me dijo que no.
"Con el mismo entusiasmo que llegué, ellos me ayudaron", recuerda Clayton sobre lo que sucedía en 2008.
Paulatinamente fue generando lazos que hasta el día de hoy conserva con personajes entrañables del pueblo, como David González y Araceli Álvarez, guías...
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