Textos desde la isla
| Autor | Viridiana Flores |
Mario Conde, el entrañable personaje del escritor cubano, Leonardo Padura, regresa en la novela La Transparencia del Tiempo, como un ex policía a punto de cumplir 60 años, por lo que Conde y Padura tienen una característica en común: los dos experimentan la llegada a los 60 y a decir del autor, Conde seguirá envejeciendo junto con él.
"Mario Conde ha crecido conmigo y yo he crecido con él. Conde llega a esta novela en el año 2014, tenía 60 años, yo ahora tengo 63, vamos sufriendo los dos el mismo proceso de envejecimiento, entrando a la cuarta edad. A nivel de la percepción de la sociedad, Conde va siendo cada vez más nostálgico, excéntrico, desencantado, más pesimista, yo también, pero no tanto como Conde.
"Potencio estas condiciones en la vida y en la mente de Conde porque me funcionan como un motor dramático para reflejar una realidad tan compleja y singular como es la realidad cubana", comparte Padura.
Bobby, un viejo amigo de Conde, le pide un favor: recuperar la estatua de una virgen negra que le han robado. Además de abordar el tema del tráfico de arte y la homosexualidad, la novela reflexiona la relación del ser humano con la historia, es decir, la persona como objeto de la narración y cómo es movida, cambiada su existencia y torcida su voluntad por acontecimientos cronológicos que pueden tener distintas características.
"En Cuba hemos vivido 60 años dentro de un proceso revolucionario, pues nuestra vida fue también un objeto de la historia, entonces traté de escribir una novela en la que con una trama contemporánea se incluyera una reflexión sobre este concepto.
"Un personaje que se va moviendo por el tiempo, en sentido cronológico inverso, se va alejando del presente acompañado con un objeto que simboliza un poco la voluntad, los sueños y esperanza, que es esta virgen negra, que es robada en el presente y cuya búsqueda motiva todo lo que ocurre en la novela", relata Padura.
CUBA EN SUS TEXTOS
Para el autor, hay distintas maneras de ver y entender a Cuba, una de ellas es la que retrata en el libro; entre sus páginas se lee que las calles del centro de La Habana están cada vez más degradadas por la pobreza y el abandono histórico, por ejemplo.
"La verdad es relativa, la mentira es absoluta. Lo que puedo garantizar es que todo lo que digo sobre Cuba en esta novela o todo lo que reflejo es verdad, porque aunque se tenga otra lectura esto está extraído de una realidad concreta; la garantía que siempre exhibo es que en mis...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba