Tiempo de ir a terapia

AutorGeorgina Montalvo

-"Ya no sé qué hacer con él", se queja una madre impotente.

-"Llévalo a terapia", le responde su interlocutor y propositivo adulto que ignora que sería más productivo sugerirle: "vayan a terapia".

Niños y niñas incontrolables, que nunca obedecen o se pelean frecuentemente con hermanos o amigos, o los que son exageradamente introvertidos y tienen otras conductas que impiden una convivencia sana tanto en su familia como en la escuela, pueden ser el "síntoma" más importante que habla de una "enfermedad" emocional dentro del núcleo familiar.

"Muchas veces los niños son el reflejo de una disfuncionalidad generada por los padres", asegura el terapeuta Víctor Baltazar.

Por eso resulta muy importante que los padres de un hijo con esos comportamientos no asuman que se trata sólo de un problema del pequeño, pues hacerlo así puede provocar que no se resuelva el verdadero conflicto y empeoren las conductas del niño.

"Lo que pasa con uno de los miembros del sistema afecta a los otros. Los padres están al servicio de la pareja, pero también deben estarlo de los hijos", comenta Baltazar.

Según la experiencia clínica del especialista, los padres suelen llevar al niño a consulta presentándolo como un problema, pues tiene actitudes agresivas, todo el tiempo está enojado, se muestran hiperactivo, no dice nada o tiene dificultades para dormir o comer. Y entonces la petición de ayuda llega a frases como: "compóngalo por favor, por que ya no sabemos qué hacer con él".

Casos diferentes son los que llega la familia aceptando que algo no está funcionando bien entre ellos. "Cuando me traen a un niño y los padres se involucran, el niño sale mucho más rápidamente de todo un proceso terapéutico y también se dan cuenta de qué ellos pueden mejorar como padres", comenta el experto en adolescentes.

Sin embargo, también hay ocasiones en los que los niños requieren atención individual, especialmente si están siendo objeto de violencia o maltrato fuera de casa.

También es común que algunos niños tengan conductas disfuncionales en casa y éstas sean "toleradas", pero cuando trascienden al ámbito escolar y los padres reciben presión por parte de los maestros para que atiendan a su hijo, ellos realmente voltean a ver el problema.

"Hasta que les dicen: 'si no atiende a su hijo, no lo podemos recibir', es que buscan ayuda inmediata", señala Baltazar.

En esa precipitada búsqueda de ayuda, suelen buscar algún terapeuta infantil porque ven aisladamente el problema; "pero si el niño es...

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