AL TIRO / Adiós al auto

AutorPaco Navarrete

Una duda me da vueltas por la cabeza: ¿cuántos de nosotros notamos el cambio radical que se dio en nuestras poblaciones durante los días del encierro más drástico? Yo sí.

Quienes salieron por necesidad o simple gusto seguro notaron el súbito silencio y, con suerte, una reducción de los diferentes tipos de contaminantes asociados con nuestra mayor adicción: los automóviles.

Claro, fue un alivio momentáneo. Poco a poco regresamos a la normalidad, y no una "nueva", sino la misma de siempre: ruidosa, humeante y cargada de peligro. Así ha sido a lo largo de casi un siglo.

Pero no tendría por qué seguirlo siendo, ¿o sí? ¿O es que acaso es inevitable vivir bajo el yugo de los autos, cediéndoles el protagonismo y la mayor cantidad de espacio en nuestras poblaciones?

El New York Times publicó un artículo el día 9 de este mes en el que aborda la posibilidad de prohibir el tráfico vehicular en la isla de Manhattan. Corrijo: el tránsito de autos particulares.

Suena disparatado o al menos utópico, pero ahí argumentan las ventajas de hacerlo, y no son pocas. Por supuesto que el espacio urbano se presta. Ya lo dije: es una isla. Además es el área urbana de Estados Unidos donde menos personas dependen de su majestad el auto particular para desplazarse. Ricos y pobres usan el Metro, autobuses y trenes de cercanías, así como servicios de auto por aplicaciones o el tradicional taxi.

Por otra parte, el trazado cuadricular de las calles también facilita el trazado de rutas de transporte colectivo.

Sin embargo, queda la duda si no es posible hacer lo mismo, por lo pronto en las ciudades pequeñas y medianas de nuestro país, o incluso en megalópolis como Monterrey, Guadalajara o la gigantesca Tenochtitlan.

Primero habría que adaptar la idea a nuestra realidad, y más que prohibir los autos, idea que suena ridícula en un país donde no podemos controlar la piratería ni la venta de fármacos en las calles. Habría entonces que reducir las ventajas de poseer un costoso y contaminante auto.

¿Cómo? Empezando por lo obvio, que es aumentar la oferta de transporte colectivo y reducir su tarifa a niveles de ganga. Esto podría pagarse en parte con un cobro a los...

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