AL TIRO / Arde Chile

AutorPaco Navarrete

Hemos estado muy al pendiente de las muchas y diversas marchas y los plantones y bloqueos que se dan en el país, así como de las respuestas que han dado las autoridades. Llama la atención que éstas no se corresponden ni con la magnitud de cada mitin, ni mucho menos con la legitimidad de sus demandas.

Los alcaldes de muchos municipios en el país, que no por casualidad militan en partidos de oposición, marcharon a Palacio Nacional a pedir pan... y no les dan: les dieron gas lacrimógeno. Fue un fracaso para todos. Para ellos por supuesto, pero también para los encargados en el gobierno de gestionar la crisis. Mejor hubieran llamado al hermano cómodo del Presidente a calmar los ánimos a golpe de chequera: en Chiapas logró así la conversión de dos decenas de alcaldes de la oposición.

Por otra parte, los sicarios que se sumaron al megaplantón de Culiacán que, quiérase o no, fue también una manifestación política, aunque de nula legitimidad, consiguieron la liberación de su líder... y de 55 presos en un penal, de pilón. Fue un éxito, al menos para ellos.

Antes, la decena de acciones que han rayado en lo ilegal de la CNTE también llegaron a buen puerto: prácticamente todas sus demandas se han cumplido. Todas, excepto las que bordean lo ridículo.

Pero no sólo en México soplan vientos de rebelión. De Nicaragua a Líbano y de Irak a Ecuador, en los últimos meses ha soplado un aire enrarecido. Es el aire de la rebelión, sumado al humo de la pólvora. Pero en los últimos días, el que se lleva las palmas del malestar social y una pésima respuesta de las autoridades es Chile. Tan sólo el viernes pasado, más de un millón de personas protestaron en Santiago, la capital. Según los medios informativos, es la mayor concentración que se ha registrado en el país desde 1990.

No fue fácil, pues se realizó en medio de un toque de queda en Santiago y en las regiones de Valparaíso y el Biobío, mismo que fue levantado hasta el día siguiente.

El estallido inició una semana antes, como una protesta por el aumento en el transporte colectivo, pero el asunto tiene mucha cola detrás. En teoría, Chile es el país que más cerca ha estado de pertenecer al "Primer Mundo", al exclusivo club de los países desarrollados. Pero la realidad es muy distinta. Es un país de alta renta y elevada desigualdad. O sea, sí hay dinero, pero se queda en pocas manos. La mayoría de los grandes empresarios son conservadores, a diferencia del presidente Piñera, un empresario...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR