AL TIRO / Ceremonia sin ángel

AutorPaco Navarrete

Es una lástima que al asumir un cargo público, el candidato ganador tenga que atemperar su discurso o al menos algunas de sus conductas más pintorescas, las que robaron la atención del populacho.

La ascensión de Donald Trump hubiera ganado en rating televisivo, por ejemplo, si hubiera incluido algunos cretinos con capuchas blancas y cruces en llamas, de los muchos que lo han apoyado.

Eso también hubiera mandado un mensaje claro al resto del mundo: America first -los güeros primero-, y a los demás que se los cargue el tren.

Digo güeros y no gringos en general porque el discurso del hombre naranja no es muy incluyente que digamos: los blancos al poder... y los demás a servirles. Eso, siempre y cuando tengan sus papeles migratorios en regla, si no... también a servir, pero por menos sueldo y con la espada de la deportación pendiendo de sus cabezas.

Ese es el panorama trazado por el discurso inaugural de la Naranja Volcánica, el fosforescente e iracundo presidente recién llegado a la Casa Blanca.

Y en verdad os digo que dejaron mucho que desear las festividades por la llegada de Trump a la presidencia. Podríamos compararlas con una fiesta de rancho, pero eso sería demeritar a nuestros paisanos, que sí saben echar la casa por la ventana, con todo y muebles... y hasta el gasto de varios años.

Ya ve usted los XV de Rubí... ese sí que fue un fiestón de miedo.

Pero lo de Trump estuvo, si me perdona la expresión ranchera, muy pedorro. Hagan de cuenta la toma de posesión de un alcalde en Falfurrias, Texas... en los años 50.

Una coreografía de las Rockettes, piernudas coristas del añejo Radio City Music Hall, además del soporífero Coro del Tabernáculo Mormón y unas chiquillas desabridas, güeras y pecosas, eso sí, racialmente correctas, cantando alguna baladita del ayer y... párele de contar.

Vamos, ni con la vistosa ex modelo y encueratriz Melania a su lado lució el hombre del gato amarillo en la cabeza durante los 3 valses 3 de sus bailes inaugurales.

Menos mal que, en el país número uno del show biz, alguien se tomó en serio levantar el nivel del espectáculo.

Me refiero a las participantes de la Marcha de las Mujeres, que según algunos cálculos reunió a más de un millón de ellas... y ellos.

No crea que le voy a entrar a la corrección política trasnochada, usando el plural "todas y todos", pues ahí sí le hago caso a la Academia de la Lengua: el plural es masculino, y ni modo; no pasa nada.

Más bien digo "ellas y ellos" porque fueron...

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