AL TIRO / Guerras de saliva

AutorPaco Navarrete

Entramos al segundo mes del año y los políticos comienzan a mostrar sus habilidades: resulta que los nuevos funcionarios son muy buenos activistas.

A nivel federal, el Presidente López Obrador aprovecha el despuntar el alba para dar lo mejor de sí... en sus conferencias mañaneras. Y luego de despertar a la nación entera con declaraciones explosivas entra en modo siesta, para observar con calma el avance de la república serenísima.

O no tanto: en los últimos días no puede ni dormir por los sinsabores que le provocan sus mismos subalternos, a los que les descubren propiedades escondidas un día sí y otro también.

Ahora fue el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, el que olvidó reportar un departamentito minúsculo, casi un cuchitril, en la codiciada ciudad portuaria de Houston, Texas. Hace una semana fue doña Olga Sánchez Cordero la señalada por lo mismo: un depa no declarado, con el mismo costo, más o menos medio millón de dólares, y como en la canción de Juan Gabriel, en el mismo lugar y con la misma gente.

No sé qué tenga Houston que no tenga Tampico o mi bello y muy venido a menos Manzanillo, pero allá quieren su pied-à-terre los ricos y famosos del régimen, a cualquier costo... así sea a costa de su prestigio. Y mientras tanto, don López nada más pasa vergüenzas.

Hombre, tan fácil que es sortear las malas lenguas: basta con poner las propiedades a nombre de los seres queridos. Pero ni viendo el ejemplo presidencial aprenden.

Y por otra parte, los altos funcionarios de los Estados pueden ser divididos en dos categorías: los que gozan del favor presidencial, y por lo tanto avizoran un año 2019 sin muchos sobresaltos, más allá de una huelga de profes furibundos, alguna balacera de los criminales y el hucachicol nuestro de cada día...

O por otra parte, los que sienten el agua en el cuello y ven el año todo alrevesado por culpa del látigo del desprecio presidencial. Por ejemplo, los abanderados de Movimiento Ciudadano en Jalisco.

El Gobernador, Enrique Alfaro, primero se encerró sin hablar con nadie hasta no comprobar que había algún canal de comunicación abierto...

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