Al Tiro / Inundados

AutorPaco Navarrete

Pues bien, llegó el frío. Bueno, el fresco. Para fríos los de Nebraska, dicen. Acá apenas sopla un como airecito acondicionado y ya nos estamos envolviendo en bufandas y estornudando que da miedo... que da miedo contagiarse.

Pero esa no es más que una molestia, y muy menor. Tragedia, la de Tabasco. Y olvídense de las aguas crecidas, que también son pasajeras. Lo peor sucede después de que todo baje: las aguas y también la atención de todos nosotros, tan solidarios de momento, pero por obvias razones muy prestos a levantar la guardia: para sobrevivir, progresar o de plano pasarnos de rosca, que de todo hay en la viña del señor...

Vean si no, el caso de Tonalá, o "Tronalá", como le dicen con gran tino en "Cúpula" a la villa donde se supone que salía el sol para los antiguos, pero que ahora parece ideal para que ahí se oculte toda luz, ya que todos los arreglos se hacen ahí en lo oscurito, y desde años ha.

Si en Tabasco -que era un edén, pasó a un desdén y, con la lucha de poder que traen ahí PAN y PRI, se ha convertido en un retén- se sufre por las desgracias de la naturaleza y los desgraciados que por naturaleza no han hecho otra cosa que robar, siempre bajo la bandera priista; acá no estamos mejor. En Tonalá la ciudadanía se organizó en las pasadas elecciones, echó a patadas al tricolor, y permitió la llegada de otros que venían con bandera blanquiazul... y una calavera con dos huesos cruzados: ¡más piratas, ni Barbanegra o los fabricantes chinos!

Inundados y desesperados están en el Sur mexicano (¿por qué demonios quienes dicen "Sureste" no ven un mapa?); pero en el ¿sureste? metropolitano también estamos inundados: de corrupción, de lodo, pues. ¿O alguien supone que tras el crimen de un funcionario de primer nivel, de la persecución policial de otros, del posible desafuero y posterior frescobote al Primer Edil de Tonalá... han desaparecido las infames maquinitas tragamonedas de apuesta, afuera de tiendas y changarros? Pos no.

Y ese es sólo el ejemplo más obvio.

Inundada está también la costa de Jalisco. O de Colima, según otros. Las tensiones suben y bajan con la marea, o más bien con las riadas provocadas por las lluvias: cada que el Río Marabasco modifica su cauce, surgen interesados y rijosos, cuicos y "autoridades" para clamar la posesión legal de una modesta lengua de tierra... en una inmodesta guerra de lengua. Rollo aquí, más rollo por allá y empujones por todos lados. ¿Y la...

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