AL TIRO / Periodistas en la mira

AutorPaco Navarrete

Hay una especie más en peligro de extinción: los periodistas. Y no me refiero al declive económico de la prensa escrita, sino a algo más grave: al menos en una decena de países, por decir lo menos, el reporteo es una profesión del más alto riesgo.

Es obvio el peligro que corre un periodista en zona de guerra. Ahí no se respeta la vida de nadie, menos la de quienes no cargan armas y están para atestiguar las atrocidades. Tampoco son muy apreciados en países donde reina la corrupción o en donde el autoritarismo, por no decir francas dictaduras, ha campeado a sus anchas.

Y no es que los compañeros periodistas sean almas puras, nobles e intachables. Hay de todo en la viña del señor. Pero al ser su profesión la de informar donde se intenta poner un velo, en automático se convierten en un riesgo para quienes se benefician del llamado status quo... y cuando es uno de violencia o pudrición, bueno, seguro que la respuesta es todo, menos civilizada.

Lo anterior sonaría a un mero desvarío acerca de una situación muy lejana a nuestro democrático, civilizado y pacífico país, pero no es así.

No es coincidencia que el nuestro sea considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el oficio de reportero. La violencia que ha cargado con decenas de miles de muertos en menos de una década no podría hacer a un lado a quienes han estado en el frente de batalla sin más armas que la pluma y el papel... no, bueno, eso es del siglo pasado. Digamos que una compu y un celular, o lo que sea menester.

La profesión de periodista, aparte de malpagada y medio ingrata con los horarios, es ahora de alto riesgo.

Molesta a los poderosos, porque critica sus decisiones. Molesta a los delincuentes, porque denuncia sus abusos. Y hasta a las almas ingenuas, que los tacha de agoreros del infortunio porque se rehúsan a buscar notas "optimistas".

Pero molestar es necesario. Sacudirnos de nuestra modorra, así sea por un momento. El periodismo, incluso el malo -que abunda, por cierto-, es muy necesario: es un reflejo de nuestra sociedad. No es exageración afirmar que es uno de los pilares de la democracia, o al menos de una sociedad consciente.

Así pareció entenderlo Alejandro Encinas, viejo militante pejista -¿o habrá que decir de Morena?- y ahora subsecretario de Gobernación, luego del asesinato de nuestro colega Santiago Barroso...

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