Tolvanera / El otro plantón

AutorRoberto Zamarripa

En marzo pasado, en el marco de las conmemoraciones del natalicio de Benito Juárez, Enrique Rueda, secretario general de la sección 22, se acercó al Presidente Vicente Fox allá en Guelatao a solicitarle su apoyo para resolver el tema de la rezonificación de los maestros oaxaqueños.

Fox -prejuiciado por la conducta de la dirigente nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien ha discriminado y hostilizado a los maestros de Oaxaca- pareció no entender mucho de lo que Rueda le expuso hace siete meses. Sí, ¡siete meses!

Fiel a su estilo, el Presidente se desentendió del problema y se lo encargó al Secretario de Educación Pública, Reyes Tamez Guerra. Resultado: Oaxaca vive una crisis de gobernabilidad; apunta hacia un año escolar perdido en Oaxaca; tiene un severo deterioro de la labor del maestro y ha destrozado las relaciones entre autoridad, los mentores, padres y alumnos de la educación pública.

La rezonificación ignorada en marzo ahora es resuelta sobre las rodillas y con una daga al cuello por la ineptitud de la autoridad federal y la irresponsabilidad del Gobierno estatal.

Si alguna lección hay del conflicto oaxaqueño es la urgencia de cambiar de tajo la utilización política de la educación por parte de todos los actores.

El caminito de esa escuela donde los dirigentes sindicales ponen y quitan Gobernadores lo trazó la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo. Ella ha enseñado cómo se utiliza a un sindicato para hacer chantaje político.

Claro, hay niveles. La dirigencia magisterial nacional hacía sus plantones en la cabaña de Los Pinos. Desde ahí se fraguaban destinos de Gobernadores (como tucomprenderás) pero no para beneficiar a los maestros en términos profesionales o a los educandos en términos de la calidad educativa. El sindicato magisterial fue utilizado como instrumento de presión política en el PRI y en el PAN, hasta reventar al primero y tergiversar la lucha interna del segundo. Se constituyó en un metapoder de la Presidencia y de esa forma, fortaleció sus atribuciones de facto en la SEP.

Al final, el SNTE fue el ariete de la retención del poder presidencial en la cúspide de una operación política que pretendió excluir a un contendiente pero terminó por meter en una crisis de legitimidad a la Presidencia de la República.

La dirigencia nacional del SNTE presume de haber sido factor decisivo del triunfo de la elección presidencial. La culminación de una política de chantaje y presión que nada ha tenido que ver con la mejora...

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