TOLVANERA / Vías bloqueadas

AutorRoberto Zamarripa

El ahorcamiento de las vías ferroviarias en Michoacán es un símbolo del atascamiento político, con rémoras sindicales y sociales que frenan cambios urgentes en la educación, las relaciones políticas y las certezas para actores productivos.

El disfuncional reparto del dinero público para la educación está en la punta de la madeja. Todos los fines de año, los Gobernadores acuden a la SEP y a Hacienda para solicitar recursos que les permitan pagar sueldos, aguinaldos y bonos a los maestros. El Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB), y otros fondos compensatorios, han resultado insuficientes para muchos Gobiernos estatales.

Apenas en diciembre pasado, varios Gobernadores pidieron al Presidente Andrés Manuel López Obrador incluir en su reforma educativa la federalización de la nómina magisterial y que los Estados ya no le pagaran a los maestros.

El Gobernador de Zacatecas, el priista Alejandro Tello, dijo que tenía un déficit de 750 millones de pesos para pagar a mentores.

El perredista Silvano Aureoles, Gobernador de Michoacán, de plano regresó la papa caliente a la Federación, declarándose imposibilitado para hacer frente a los adeudos magisteriales. Hoy los maestros michoacanos tienen todavía bloqueadas vías de ferrocarril y mantienen un paro magisterial de un mes, no obstante que ya obtuvieron pagos y bonos. Igual lo hicieron el año pasado y su conflicto se resolvió la primera quincena de febrero.

El viernes 1, un grupo de maestros chiapanecos asaltó el Palacio de Gobierno y fueron desalojados con gases lacrimógenos. El Gobernador Rutilio Escandón, de Morena, ordenó el desalojo y reprobó la acción de fuerza de los maestros. Escandón reveló que el Mandatario anterior, Manuel Velasco, le dejó una deuda de mil 800 millones de pesos.

La descentralización educativa de 1992 pretendía una mejora de servicios y buscaba un mayor compromiso de Gobernadores con la educación, dotándoles de recursos. Tenía un propósito oculto: la pulverización del sindicato de maestros que encabezaba Elba Esther Gordillo. Al final, ninguno de los propósitos resultó. La educación se estancó, los dineros públicos fueron mal usados y Gordillo se fortaleció animando incluso la derrota del PRI en las urnas.

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