Tonatiuh Bravo / Bilateralidad con EU

AutorTonatiuh Bravo

Desde hace ya varias semanas, los visitantes mexicanos que necesitamos visitar a algún punto de los Estados Unidos nos vemos en la penosa necesidad de pasar por un procedimiento de fichaje personal, consistente en el registro de huellas dactilares, fotografía y escaneo de documentos.

Como parte de las medidas de seguridad implementadas para evitar otro atentado terrorista parecido o similar al del 11 de septiembre, el Gobierno estadounidense ha implementado un conjunto de medidas tendientes a la salvaguarda de su seguridad nacional, mismas que no sólo abarcan a su país y a su población, sino a un conjunto de 28 países en medidas equiparables y prácticamente a todo el mundo en aspectos generales.

El problema es que la concepción de fondo y el enfoque de cómo es concebida la seguridad nacional por el actual Gobierno estadounidense está afectando seriamente la filosofía general de los derechos humanos, las libertades político-sociales y el concepto de ciudadanía, no sólo en el vecino país, sino por ende en los países con quien tiene trato permanente, entre otros principalmente con nosotros.

De esta manera, el temor legítimo y justificado de la población de EU a sufrir un ataque terrorista, ya sea por vía bacteriológica, de cartas bomba o bien a través de la aviación comercial, está siendo usado para servir de justificación a una política que vuelve a colocar a la seguridad del Estado como elemento central, ajeno al respeto a la esfera personal de los individuos y a los derechos ciudadanos.

Resulta que ahora las intervenciones telefónicas, la investigación de antecedentes personales, relaciones amistosas, deportivas, etcétera; así como las de carácter familiar, escolar o políticas y religiosas, pasan a ser una prioridad en esa política de seguridad del Estado. La entidad abstracta "Estado" se convierte de nuevo en un Dios a proteger, cuya acción justifica cualquier vulneración de derechos individuales.

La noción esencial de que el Estado es constituido a partir de la representación de los intereses de la colectividad integrada por individuos, donde el Estado es la garantía de la vigencia de los derechos ciudadanos y frente a la cual el ciudadano tiene prerrogativas inalienables, desaparece.

Ahora se reproduce la noción muy parecida a la vigente en el largo periodo de la Guerra Fría, de poner por arriba de los intereses ciudadanos e incluso colectivos, los intereses de la seguridad nacional. El problema es que esos intereses de seguridad...

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