Tonatiuh Bravo Padilla / Acuerdo y alianzas

AutorTonatiuh Bravo Padilla

Lo normal, lo natural, lo necesario en toda democracia es que fluyan los acuerdos entre partidos y fuerzas políticas, entre fracciones y grupos parlamentarios, entre grupos o expresiones de interés legítimo y Gobierno en turno.

Las reformas constitucionales y normativas hechas durante el periodo de Carlos Salinas de Gortari fueron producto de acuerdos entre el Presidente de la República y su partido, el PRI, y el Partido Acción Nacional.

Las votaciones en las Cámaras de Diputados y Senadores así son, hay acuerdos para tal o cual propósito o para tal o cual ley o asunto de trascendencia legislativa o política. De hecho, el PRI, el PAN y a veces el PRD, han llegado a acuerdos para sacar adelante determinados puntos de la agenda, ya sea nacional o local, en alguna entidad federativa.

Así pues, el PRI pactó con el PAN apoyar la Ley de Ingresos del 2010 con más impuestos a cambio de asegurarse que no habría alianzas electorales en contra de ellos, cuando menos en el Estado de México. Lo anterior ocurrió el 30 de octubre, una vez que la Cámara de Diputados ya la había aprobado y antes que el Senado hiciera lo propio.

Lo bueno. Las fuerzas políticas y los partidos deben negociar y llegar a consensos, acuerdos o alianzas. La política se basa precisamente en la construcción de acuerdos o en la estructuración de alianzas de corto o mediano plazo.

Lo malo. Ni la Presidenta del PRI, Beatriz Paredes, ni César Nava, presidente del PAN consultaron a los legisladores de sus grupos parlamentarios, en las Cámaras de Diputados y Senadores, su opinión respecto del acuerdo suscrito.

Los coordinadores parlamentarios no fueron incluidos, y al decir de los más, tampoco consultados. Vaya, ni siquiera a los órganos de gobierno partidista. Invadieron la esfera del Poder Legislativo federal y actuaron en su nombre. Tampoco hicieron público el acuerdo en forma previa, ni de cara a los ciudadanos, dándoles tácitamente un tratamiento de menores de edad o declarados incompetentes para saber u opinar respecto de su propio destino.

Hay un total predominio del pragmatismo político al margen de los postulados legítimos de cada quien; las alianzas y acuerdos se limitan al vulgar ejercicio del poder o al intento de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR