Tonatiuh Bravo Padilla / Protesta estudiantil en Chile

AutorTonatiuh Bravo Padilla

Hoy miércoles y mañana jueves, el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, en Chile, enfrentará su primer paro nacional, el cual es convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, la mayor asociación gremial, con 780 mil afiliados, en apoyo al más grande movimiento estudiantil en la historia de ese País, desencadenado en mayo del presente año.

El domingo pasado, luego de más de tres meses de protestas, este movimiento tuvo uno de sus puntos más álgidos al aglutinar en las calles de Santiago a cerca de un millón de personas marchando contra la privatización de la educación. La demanda principal de los estudiantes y sus familias es que el Estado brinde una educación pública gratuita y de calidad, a la par de prohibir el lucro en la educación privada.

Recordemos que las bases del actual sistema educativo chileno fueron implementadas en la última etapa del Gobierno del dictador Augusto Pinochet, quien promovió una reforma de gran escala, orientada a reducir el rol del Estado en la educación y a delegar la enseñanza al sector privado. Por lo que se establecieron criterios y políticas eficientistas y se introdujo la política de trasladar los costos de la educación a las familias.

La nueva política de educación se sustentó en distintos programas, pero su instrumento fundamental fue el voucher educativo. A través de este mecanismo, primero se acreditaban cuáles eran las escuelas de calidad, y luego el joven, por su desempeño, elegía a qué escuela inscribirse. Finalmente, el Gobierno trasladaba una cantidad de recursos monetarios, correspondientes al subsidio educativo por alumno, a la escuela respectiva.

El voucher educativo, anunciado como un proyecto prometedor por los sectores más conservadores, terminó por dispersar el apoyo gubernamental entre las instituciones públicas y privadas de educación que, ya en conjunto, se mostraron incapaces, por sí mismas, de consolidar el sistema educativo como una política nacional integral y coherente.

Al paso de dos décadas, cada día es mayor el sector juvenil chileno que no tiene recursos para ingresar a la educación superior, eso exigen que se endeude con bancos y se inscriba a sistemas de financiamiento para poder estudiar. Por ejemplo, las mensualidades de las universidades rozan los 800 dólares, aun cuando a la mitad de los hogares ingresan menos de 900 al mes. De esta forma, un estudiante chileno puede egresar de...

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