Tonatiuh Bravo Padilla/ Hipódromo y tráfico de influencias

AutorTonatiuh Bravo Padilla

Las tres formas clásicas de la corrupción, universalmente reconocidas son: el tráfico de influencias, el cobro indebido de un servicio público o privado, o el beneficio a un tercero, a través de una concesión estatal. La inmensa red de intereses creados, que se reproducen y se encubren a sí mismos y entre sí, y que conocemos coloquialmente como "el sistema", descansa -entre otros elementos clave- en el uso discrecional y faccioso de las concesiones públicas.

De esta manera, una gran cantidad de funcionarios y ex funcionarios de Gobierno, ya sea de carácter federal, estatal o municipal, sus familiares directos o a través de la figura de prestanombres, explotan los beneficios de las concesiones otorgadas por el Gobierno en turno. Estaciones de radio, canales de TV, permisos de gasolineras, permisos de transporte, concesiones de videos, etcétera, son otorgadas a un particular -en la mayoría de los casos de manera discrecional, y haciendo sentir al concesionario, un compromiso tácito de "colaborar" con ciertas políticas de interés para el sistema. En muchos casos, también implican aportaciones económicas o preferencias.

Parte importante de los beneficiarios busca seguir "en contacto" con quienes le consiguieron las concesiones y colaborar económicamente con el partido, sus candidatos o su padrino político. Sin necesidad de hacerlo explícito, quedan hechos los "amarres" para el futuro. De esta manera, se van tejiendo complejas y densas redes de intereses económicos y políticos que no se ven a simple vista, pero que se reflejan en un tratamiento noticioso favorable o desfavorable para alguien, o en regalos y generosos apoyos, entre otras cosas.

Así, ni más ni menos, fueron otorgados los permisos y concesiones para que Ramón Aguirre y su familia controlaran por 25 años el juego legal en Jalisco; incluyendo la apertura de un hipódromo y otros negocios relacionados. Como el propio Gobernador del Estado acudió a poner la primera piedra del negocio de apuestas, hace ya casi un año, se involucró en el asunto y del apoyo incondicional ha transitado a un cuidadoso manejo en razón de la información relativa al manejo de las concesiones.

Por una parte, nadie puede negar que se trata del típico pago a quien "se disciplina" con la voluntad Presidencial, pues jamás existió una licitación pública para concursarla; no queda duda alguna respecto al beneficiario directo de la concesión. En segundo lugar, es una acción que tiene que ver con un acuerdo...

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