Tópicos Empresariales / Todos lo hacen...

AutorGonzalo Rivero Torrico

En este mes patrio, cuando recordamos las hazañas de los héroes que dieron independencia y libertad a México, escuchamos arengas inspiradoras que nos llaman a construir la patria, a ser mejores, a buscar el bienestar y el progreso, a no olvidarnos de nuestros hermanos menos favorecidos.

Nos llenamos de orgullo al ver desfilar, gallardos y marciales, a los soldados de nuestros ejércitos, a los bomberos y hasta a los charros. En medio de tanta euforia nos sentimos inspirados y motivados para hacer algo por México. Nos pasa algo semejante a las promesas que nos hacemos cada comienzo de año, cuando nos proponemos ser mejores.

Mas, ¿quiénes hacen que la nación sea mejor, más grande y progresista? Somos todos, sin duda. Cada quien contribuye en alguna forma a este objetivo. Y el País progresa con nuestro aporte, sin él o a pesar de él. Y, ¿a quién podemos señalar diciendo que es un buen mexicano? Tal vez algunos estereotipos nos den luces, positivas o negativas.

El señor A es un hombre bueno, casado y padre de familia. Ha podido lograr un nivel aceptable de vida, está pagando su casa y la familia tiene dos autos. A veces llega a su casa un poco pasado de copas. Dice que unas copas de más no le afectan a la hora de conducir su coche y, en efecto, hasta ahora no ha tenido ningún percance grave a pesar de que, cuando está en ese estado, no es tan prudente como cuando está sobrio. Su casa queda en mitad de la cuadra y halla más práctico conducir en sentido contrario, para no dar toda la vuelta a la manzana. Por ese rumbo nunca hay una patrulla que se dé cuenta de la infracción. Total, todos hacen lo mismo.

El señor B es también un ciudadano respetable. Ha logrado amasar una buena fortuna en su pequeña industria. Ciertos clientes muy exigentes le reclaman ocasionalmente que el peso no corresponde a lo que dice la etiqueta y otros se quejan de la calidad, pero son muy pocos, no pintan. Tiene amigos tan extrovertidos como él y, de vez en cuando, los reúne en su casa en una alegre fiesta con música a todo volumen, ya que así uno se siente más a gusto, dice. A veces contrata un mariachi, sobre todo cuando ha tenido una parranda de un par de días y teme que su esposa no le abra la puerta cuando regrese. Ella se contenta con esta demostración de amor y aquí no ha pasado nada. Así ha sido siempre, todos lo hacen.

La señora C es la esposa de un ejecutivo de éxito, admirado en su medio. A ella no le gusta perder el tiempo. Al igual que su marido, conduce...

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