De Toros... Es lo que Digo Yo/ 'Venezuela de Luces'

AutorJorge Cuesta

El pasado domingo 19, día de San José, en la novillada del Tercer Encuentro Mundial, el novillero Rubén Darío, con nombre de poeta nicaragüense, pero torero venezolano de casta "Girón", cortó una sola oreja... ¡Pero qué oreja tan ganada a ley! Y salió a hombros.

Vaya mérito, se la cortó a su segundo toro, sexto de la tarde, con edad y 505 kilos en los lomos, alto de agujas, delantero y bien armado, que además fue el manso del buen encierro de "Los Martínez".

Rubén Darío no vino desde tan lejos a ver si podía, sino porque podía vino. La bizarra actuación del venezolano honró a todos los toreros de esa tierra caribeña que le antecedieron y que salieron de su terruño para poder ser.

Desde José Cándido "El Expósito", mulato que fue enviado a Chiclana para tapar el pecado del desliz, de una encopetada andaluza radicada en Venezuela con un negro caraqueño, y que toreó en Madrid en 1757.

Al gran César Girón, quien en su espectacular trayectoria taurina se entretuvo nada más en salir seis veces por la puerta grande de Madrid, en ser el único torero americano en indultar un toro en España y en cortar rabos en Sevilla y México.

Cortar en la Plaza de Acho de Lima, Perú, 10 orejas, 3 rabos y una pata en la feria de 1954; y gritar...

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