Trabajan en la obsolescencia (II)

AutorMartha Izquierdo y Moisés Ramírez

MÉXICO.- En instalaciones obsoletas y sin el equipo adecuado es como trabaja la mayoría de los rastros municipales de México.

Dos ejemplos de las carencias con las que funcionan son los mataderos de Ixtepec, Oaxaca, y Cerralvo, Nuevo León, de acuerdo a una evaluación realizada por Grupo REFORMA a 33 rastros en 14 Estados del País.

En Cerralvo, incluso, las autoridades municipales incumplen todos los 14 criterios que se evaluaron, considerados en las Normas Oficiales Mexicanas 008 y 009-ZOO-1994, que definen las condiciones de higiene sanitaria, instalaciones y equipo.

En el caso de Oaxaca, que cumple sólo uno de los 14 puntos evaluados, las instalaciones fueron construidas en 1975, y la actual administración asegura haberlas recibido el pasado 1 de enero en mal estado.

"Recibimos el rastro municipal con muchas anomalías", dijo Armando Palomec Guzmán director del rastro.

"Era un total desastre", agregó. "El techo parecía un nido de murciélagos porque estaba lleno de cebos pegados y no había nada de higiene".

Palomec sostuvo que en esta nueva administración buscará, entre otras cosas, que el ganado que ingrese tenga sus papeles en regla y que sea revisado por un veterinario.

"Tenemos muchas carencias y por eso decidimos aumentar el (costo del) servicio porque hay que pagar luz, agua y hacer trabajos de remodelación", añadió, "por eso, de 8 pesos que se cobraba por animal, aumentamos a 15 pesos las reses, a 10 los cerdos y a 8 los borregos" detalló.

Es Cerralvo de los peores

De todo el País, el de Cerralvo es uno de los rastros municipales que más incumple las normas sanitarias.

Al igual que en el de Cosío, Aguascalientes, este matadero de Nuevo León no observa ninguna de las 14 condiciones de higiene sanitaria, instalaciones y equipo evaluadas.

Como muestra está lo sucedido hace unos días, cuando se presenció cómo opera.

Después de ingresar sin papelería de por medio, la res fue sacrificada por el encargado del lugar, Óscar Salinas, quien le encajó una puntilla en el cuello.

Posteriormente, el animal fue destazado en pleno suelo.

Para destazarla, sin equipo especial, el encargado echó mano de un cuchillo, un afilador, una segueta y un hacha sin esterilizar.

Ahí, frente a amigos y niños, Salinas comenzó a destazar al animal.

"Tengo 30 años de trabajar aquí y hasta ahora la gente no ha tenido ningún problema con la carne", expresó sonriente el encargado, quien recibe un salario de unos mil 300 pesos por quincena de parte del municipio.

"El año...

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