Trabajar en el Club

AutorMonserrat Bosque

Ver, oír y callar. Es el mantra que guía el trabajo de los cerca de 100 empleados, entre meseros, ayudantes, chefs, personal de cocina e intendencia y administradores, que laboran en el Club de Banqueros de México.

En los salones del edificio colonial se reúne toda clase de empresarios y políticos.

Así que la discreción, más que una cualidad, es parte del trabajo diario. Algunos de los empleados tienen más de 50 años de labor.

"Somos gente de dar servicio y lo hacemos con total discreción porque no atendemos a cualquier persona y si llegamos a escuchar algo, sabemos que debemos ser completamente discretos porque, si decimos algo, no sabemos qué consecuencias pueda tener para un negocio", asegura Ricardo Marín, capitán de meseros.

Por los salones de este recinto han pasado Presidentes de México y de otros países, como Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Lula da Silva y José María Aznar.

Secretarios de Estado, Embajadores y personajes internacionales como la Reina de Dinamarca, el Príncipe de Asturias y todos los banqueros.

Con 35 años de labor en el Club de Banqueros, Marín afirma que la gratitud de los socios por un buen servicio es su mayor satisfacción.

"De muchos de ellos uno ya sabe qué les gusta comer o tomar, y ellos ya no tienen ni qué pedirlo. Eso lo agradecen mucho.

"Algunos hasta me llaman por mi nombre, me saludan, me preguntan cómo estoy, estrechan mi mano. La mayoría es gente amable y agradecidos con el buen servicio, y eso es para mí lo más importante", dice.

AL GUSTO

Cual restaurante familiar, hay recetas que han sido aportadas por socios.

"Tenemos muchos platillos que son recetas de los socios; por ejemplo, la salsa Medina Mora, la sopa Alcocer, aportación de José Antonio Alcocer.

"La minuta Don Eugenio, que era hijo de Manuel Cortina, o el propio Manuel Cortina, que nos pedía los ingredientes y cocinaba él mismo sus platillos", cuenta María de los Ángeles Martínez, gerente de eventos del lugar.

En general, agrega, lo que más piden son los platillos tradicionales o caseros, poco elaborados, como el puchero con taquitos de tuétano, los chiles en nogada y el taco de chilorio.

Al Presidente Miguel de la Madrid, por ejemplo, le encantaban los chiles rellenos y el arroz a la mexicana, recuerda el capitán de meseros.

Parte de la existencia del Club a lo largo de 73 años se debe a que ha sabido adaptarse a los cambios y necesidades de sus socios.

"El perfil del banquero ha cambiado mucho con el tiempo. Antes venían aquí al...

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