'Transforman' la pantalla

AutorXulio Guillén

Abordar la homosexualidad en la televisión es cada vez más común.

Este tema se ha tratado desde distintos matices, se ha explorado incluso en distintas edades y poco a poco se ha llegado a conocer mejor la sexualidad de hombres y mujeres que sienten atracción hacia personas de su mismo género.

Sin embargo, de las siglas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) faltaba la "T" en ser explorada en historias más profundas para la pantalla chica.

Un transexual puede ser un hombre o una mujer que recurre a la cirugía para cambiar de sexo, mientras que un travesti se viste de mujer u hombre por placer, y no necesariamente tiene que ser gay.

Si bien no es novedad el papel del transexual en el cine y la TV, éste no dejaba de ser una vía para presentar algo más, usualmente un tormento o el viaje para conseguir la realización personal y sentirse "completos", sobre todo en el séptimo arte, como se muestra en películas como Glen o Glenda (1953), de Ed Wood; Juego de Lágrimas (1992) y Desayuno en Plutón (2005), de Neil Jordan; y Pisando Fuerte (2005), de Julian Jarrold.

De los años 80 hasta principios del año 2000, el transexual se mantuvo al margen del ojo público y era casi inexistente en la mayoría de las historias, salvo por aquellas escenas en donde algún protagonista se topaba con "alguno de ellos" al doblar por la esquina incorrecta en un barrio peligroso por la noche. Y cuando se mostraba a pleno, causaba polémica, como llegó a hacerlo Bibiana Fernández en Kika, de Pedro Almodóvar en 1993.

Personajes transexuales pocas veces entraron en análisis de su condición y fueron replicados por Hollywood con gran impacto como lo hiciera para televisión la escritora y directora californiana Jane Anderson en Normal (2003), o en cine, el escritor y director estadounidense Duncan Tucker en TransAmérica (2005), cuyos papeles protagónicos en ambas le dieron celebradas nominaciones tanto a Tom Wilkinson (Globo de Oro y Emmy) como a Felicity Huffman (Óscar y Globo de Oro) por sus actuaciones dramáticas.

Más reciente, Pedro Almodóvar tocó el tema de manera particular con La Piel que Habito (2011), mientras que el mexicano Roberto Fiesco explora la sexualidad de uno en Quebranto (2013). En total, apenas se contabilizan 45 proyectos de esta índole, de acuerdo al sitio FilmAffinity, y poco más de 50, según los estándares de la Internet Movie Data Base.

En televisión apenas y se habían podido apreciar guiños a estos personajes, en su mayoría como secundarios...

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